Cuba crea una escuela gratuita de Medicina para latinoamericanos

El centro acogerá a 10.000 alumnos de una veintena de países

El Gobierno de Fidel Castro ha puesto en marcha un nuevo y gigantesco proyecto internacionalista en la educación y la salud, coincidiendo con el 40º aniversario del triunfo de la revolución. La iniciativa se llama Escuela Latinoamericana de Medicina, y su propósito es formar gratuitamente a 10.000 médicos de una veintena de países de América Latina en 10 años, como "contribución" al desarrollo de la salud en el continente y pese a la aguda crisis que atraviesa la isla.La idea fue lanzada por el presidente cubano el pasado noviembre, poco después del paso de los huracanes George y Mitch por el ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El Gobierno de Fidel Castro ha puesto en marcha un nuevo y gigantesco proyecto internacionalista en la educación y la salud, coincidiendo con el 40º aniversario del triunfo de la revolución. La iniciativa se llama Escuela Latinoamericana de Medicina, y su propósito es formar gratuitamente a 10.000 médicos de una veintena de países de América Latina en 10 años, como "contribución" al desarrollo de la salud en el continente y pese a la aguda crisis que atraviesa la isla.La idea fue lanzada por el presidente cubano el pasado noviembre, poco después del paso de los huracanes George y Mitch por el Caribe y Centroamérica. Castro ofreció entonces enviar 2.000 médicos, condonó a Nicaragua una deuda de 7.500 millones de pesetas y anunció que Cuba podría dar 500 becas anuales a jóvenes de los países afectados, hasta llegar a un cupo de 5.000.

Castro propuso también que España, con otros países latinoamericanos, financiara un plan integral latinoamericano de salud, al que Cuba, una isla con un médico por cada 170 habitantes, aportaría recursos humanos. El mandatario cubano, experto en estadísticas, sacó una cuenta rápida: el Mitch causó más de 20.000 muertos; pero por la alta tasa de mortalidad infantil, en la región mueren cada año 25.000 niños -lo que bautizó como "huracán silencioso"-, que podrían salvarse con sólo aplicar un programa integral de salud. En los primeros meses del año, la diplomacia cubana convirtió en un tema prioritario lograr financiación internacional para ese macroproyecto humanitario. Los resultados fueron nulos o escasos.

Algunos pensaron entonces que el plan de crear una Escuela Latinoamericana de Medicina se quedaría en un sueño. Lejos estaba el tiempo de la solidaridad socialista de los años ochenta, cuando en Cuba llegó a haber 22.000 becarios extranjeros estudiando gratuitamente, mientras miles de médicos y enfermeras de Cuba cumplían "misión internacionalista" en el exterior: entre 1960 y 1999, más de 28.000 trabajadores cubanos de la salud han colaborado en 65 países, en su mayoría africanos, según datos oficiales.

Las autoridades cubanas no dieron su brazo a torcer. Y no sólo persistieron en su iniciativa internacionalista, sino que incluso la hicieron más ambiciosa. En fecha tan significativa como el 1 de enero -aniversario de la revolución-, el Ministerio de las Fuerzas Armadas entregó al de Salud Pública las instalaciones de la Academia Naval Granma, un complejo de 28 edificios a 25 kilómetros de La Habana, que se acondicionó como escuela de medicina. Simultáneamente, Castro aumentó el número de becas a 10.000 y amplió el número de países cuyos alumnos recibirían ayuda.

"Ya hay en la escuela 1.280 estudiantes de ocho países latinoamericanos, y antes del comienzo del curso, el 31 de julio, habrá entre 1.700 y 1.800", afirma el rector de la Escuela, Juan Carrizo Estévez. Son 330 nicaragüenses, 264 guatemaltecos y 289 hondureños, y pronto llegarán los primeros brasileños, peruanos y chilenos.

El programa de estudios será el mismo de todas las facultades de Medicina de Cuba, aunque se hará especial hincapié en algunas materias, como enfermedades tropicales, la prevención ante terremotos o huracanes y los sistemas de vacunación. "Desde el tercer año, los alumnos estarán en contacto con los pacientes", dice Carrizo.

El rector de la Escuela Latinoamericana de Medicina conoce de antemano la pregunta que viene: "¿No es esto una locura en un país asfixiado por la crisis? ¿No es también hacer política y propaganda a costa de las necesidades de los cubanos?". Para Carrizo, éstos son argumentos malintencionados: "Estamos formando gente útil para América Latina. Seguimos una tradición internacionalista que comenzó a principios de los años sesenta y que siempre ha guiado a la revolución y a los médicos cubanos: se trata de compartir lo que tenemos, aunque sea poco. Si alguien dice que es hacer política, pues sí. A Cuba siempre se la cuestiona. Pero mientras otros tiran bombas, nosotros estamos formando médicos".

Ayuda tras el "Mitch"

Cuba sigue enviando médicos a Centroamérica y Haiti como parte del plan de ayuda sanitaria anunciado por Castro tras el azote de George y Mitch. Ya son más de 1.000 los médicos y enfermeras que cumplen "misión internacionalista", de ellos 367 en Guatemala, 115 en Honduras y 388 en Haití."Están en zonas a las que no quieren ir los médicos de esos países, pues las condiciones son muy malas en muchos casos, sin agua ni luz", dice el doctor Marimón, director de relaciones internacionales del Ministerio de Salud. "Si se miran las cifras, esta ayuda no nos va a hacer más ricos ni más pobres, ya que nuestro gasto fundamental, los recursos humanos, ya está hecho", asegura Marimón. En estos momentos, 2.500 profesionales de la salud cubanos colaboran en 58 países del mundo, sobre todo en África.

Archivado En