Cierre cautelar del balneario de Cestona por un posible brote de legionella

El balneario de Cestona (Guipúzcoa) ha cerrado cautelarmente sus instalaciones termales ante la posibilidad de que en ellas se encuentre el origen de un brote de la bacteria llamada legionella, cuya infección grave puede causar la muerte. Según informó ayer el balneario en un comunicado, inspectores del departamento de Sanidad del Gobierno Vasco alertaron a la dirección del centro, el pasado viernes, sobre la posibilidad de que hubiera un foco de infección de la bacteria. Sanidad había detectado dos casos de legionella, uno en Guipúzcoa y otro en Vizcaya, cuyo único dato común era el que ambos...

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El balneario de Cestona (Guipúzcoa) ha cerrado cautelarmente sus instalaciones termales ante la posibilidad de que en ellas se encuentre el origen de un brote de la bacteria llamada legionella, cuya infección grave puede causar la muerte. Según informó ayer el balneario en un comunicado, inspectores del departamento de Sanidad del Gobierno Vasco alertaron a la dirección del centro, el pasado viernes, sobre la posibilidad de que hubiera un foco de infección de la bacteria. Sanidad había detectado dos casos de legionella, uno en Guipúzcoa y otro en Vizcaya, cuyo único dato común era el que ambos habían utilizado las instalaciones del balneario en la primera quincena de mayo.Ante estos hechos y como medida preventiva, Sanidad instó a la dirección del centro a inhabilitar algunos servicios del balneario mientras se realizan los correspondientes análisis de sus aguas, para identificar al posible agente de la enfermedad, la legionella.

Según la nota del balneario guipuzcoano, cuando la dirección del centro obtenga los resultados analíticos, dentro de 8 o 10 días, tomará las medidas correspondientes. La legionella es una bacteria que fue detectada en 1976 en Estado Unidos durante una convención de la Legión Americana, circunstancia de la que recibió su nombre. Su medio natural es el agua y progresa en los circuitos de refrigeración, con una temperatura óptima de 37 grados, la misma de los seres humanos. La bacteria produce dos cuadros clínicos distintos, uno menos grave que cursa con fiebre, escalofríos y dolor de cabeza, de evolución favorable, y otro acompañado de neumonía atípica, mucho más grave, con una mortalidad del 15%.

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