INFORME SOBRE LA SALUD EN EL MUNDO 1999

La malaria mata a un millón de personas cada año en el Tercer Mundo

Las enfermedades se reparten por el mundo en función de la riqueza de los países. Así, mientras en las naciones desarrolladas son los males no contagiosos (las cardiopatías, las depresiones graves, los traumatismos o los derivados del tabaquismo) los que más afectan a la población, en los países subdesarrollados o en vías de desarrollo el protagonismo lo tienen las enfermedades contagiosas, como la malaria, la tuberculosis, el cólera o el sida.La malaria alcanza cada año a unos 300 millones de personas en todo el mundo. Un millón de ellas muere sin remedio. El 90% de los fallecimientos se pro...

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Las enfermedades se reparten por el mundo en función de la riqueza de los países. Así, mientras en las naciones desarrolladas son los males no contagiosos (las cardiopatías, las depresiones graves, los traumatismos o los derivados del tabaquismo) los que más afectan a la población, en los países subdesarrollados o en vías de desarrollo el protagonismo lo tienen las enfermedades contagiosas, como la malaria, la tuberculosis, el cólera o el sida.La malaria alcanza cada año a unos 300 millones de personas en todo el mundo. Un millón de ellas muere sin remedio. El 90% de los fallecimientos se produce en el África subsahariana, gran caldo de cultivo de la mayoría de las epidemias que asuelan el Tercer Mundo.

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"La malaria es directamente responsable del fallecimiento de uno de cada cinco niños en África, e indirectamente contribuye en la propagación de otras enfermedades o muertes por infecciones respiratorias, diarreas o malnutrición", según el informe de la Organización Mundial de la Salud. Esta organización considera que el número de muertes podría reducirse a la mitad si los gobiernos e instituciones internacionales dedicaran 1.000 millones de dólares adicionales al tratamiento de esta enfermedad.

Según el informe de la OMS, la mortalidad infantil por la malaria podría reducirse en un 20% si los sistemas de salud fueran financiados, organizados y dirigidos de forma que los conocimientos y avances científicos se pusieran al servicio de poblaciones enteras, algo que ahora no sucede. Esta situación se ve agravada por los conflictos bélicos que sufren muchos países africanos, las migraciones humanas a gran escala fruto de esos conflictos o por razones climáticas o ambientales, y por el aumento de la resistencia a los insecticidas (la malaria la transmite un mosquito) y a los medicamentos antipalúdicos.

"El 40% de la población mundial vive bajo el riesgo de contraer la malaria", afirma Gro Harlem Brundtland, ex primera ministra noruega y directora general de la OMS desde el pasado mes de julio.

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