Christian Zacharias cree que en España hay "mucho optimismo musical"

Christian Zacharias es uno de esos pianistas heroicos para el público español. Su gran hazaña la dejó escrita en Madrid y Bilbao con notas de oro hace tres años. Entonces, Zacharias -alemán, residente en Karlsruhe, pero nacido en Jamshedpur, India, en 1950- regaló cuatro recitales en los que interpretó todas las sonatas de Franz Schubert. Zacharias dice que en España "hay mucho optimismo musical y mucho dinero".

Mañana vuelve al Auditorio Nacional madrileño, solo de nuevo, sin orquestas, en la más pura esencia para intrepretar piezas de Chopin, "un compositor con el que me reencuentro d...

Christian Zacharias es uno de esos pianistas heroicos para el público español. Su gran hazaña la dejó escrita en Madrid y Bilbao con notas de oro hace tres años. Entonces, Zacharias -alemán, residente en Karlsruhe, pero nacido en Jamshedpur, India, en 1950- regaló cuatro recitales en los que interpretó todas las sonatas de Franz Schubert. Zacharias dice que en España "hay mucho optimismo musical y mucho dinero".

Mañana vuelve al Auditorio Nacional madrileño, solo de nuevo, sin orquestas, en la más pura esencia para intrepretar piezas de Chopin, "un compositor con el que me reencuentro después de muchos años", dice, y Beethoven. Será dentro del ciclo Grandes Intérpretes que organiza la revista Scherzo."Siempre me ha gustado actuar aquí y lo hago más desde que toqué la integral de Schubert, ésa fue mi prueba definitiva con el público español", cuenta a trompicones simpáticos en un castellano voluntarioso rico en italianismos y plagado de sonidos guturales.

"El aficionado español es muy respetuoso, entusiasta pero también muy exigente", asegura. Quizá se deba al auge de la música clásica en los últimos años al que, según Zacharias, contribuyen "todos los nuevos auditorios que se han ido haciendo"; "es algo que me recuerda a Alemania hace 30 años". "Hay mucho optimismo, mucho dinero, mucha imaginación para programar actuaciones y ciclos y una fidelidad del público asombrosa. Cuando vengo está siempre lleno", cuenta entusiasmado.

Da lo mismo que venga solo, como ahora, que a interpretar algún concierto con orquesta, algún trío de cámara junto a sus socios Heinrich Schiff, violonchelista, y Peter Zimmermann, violinista, junto a los que ha dado alguna exhibición también en España; o a dirigir, porque Zacharias también dirige y es del club de los maestros sin batuta.

"Soy ante todo pianista y no me acostumbro a tener nada entre las manos, es más fácil, además, modelar y dar las instrucciones sin batuta, es un principio práctico", asegura este personaje cuyas facetas no se agotan en la música, sino que abarcan también la literatura, la filosofía y la cocina.

A partir del año 2000 asumirá la dirección titular de la Orquesta de Lausanne, con la que ya ha actuado varias veces invitado por su actual máximo responsable, el español Jesús López Cobos, que le ha propuesto a su vez como su sustituto. Lo primero que hará con los músicos suizos será una gira europea con todos los conciertos para piano y orquesta de Mozart, que él dirigirá e interpretará a la vez.

Y es que Zacharias es el músico total. Ha grabado cuarenta registros en veinte años de los que ya han pasado a ser referencia sus interpretaciones de Schubert, de quien también ha escrito un libro, o Domenico Scarlatti, de cuyas piezas de aroma español grabó un vídeo en Sevilla en 1990. "Me gusta y me interesa mucho el aire español que hizo escribir música a Scarlatti, a Ravel o a Debussy", asegura, pero no los temas folclóricos de algunos compositores españoles. "Aunque algún día me meteré con Falla", afirma.

Para mañana tiene preparado su reencuentro con Chopin. "Es un compositor al que he dejado apartado varios años porque acabé cansado de él en mi época de estudiante", dice el artista, que empezó a aprender su instrumento con diez años.