El Ejército serbio ataca Kosovo a la reconquista del terreno perdido en la tregua

Se recrudecen los combates tras la evacuación de los 1.381 observadores de la OSCE

Los 1.381 verificadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) culminaron ayer al mediodía la operación de salida de Kosovo y llegaron sin problemas a Skopje, la capital de Macedonia, que limita al sur con la provincia serbia donde vive un 90% de albaneses. Detrás dejaron un recrudecimiento de los enfrentamientos. Los kosovares acusan a los serbios de haber desencadenado una ofensiva en varios puntos. Los serbios denunciaron ataques del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) contra la policía, que obligaron a cortar la carretera entre Pristina y Belgrado.

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Los 1.381 verificadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) culminaron ayer al mediodía la operación de salida de Kosovo y llegaron sin problemas a Skopje, la capital de Macedonia, que limita al sur con la provincia serbia donde vive un 90% de albaneses. Detrás dejaron un recrudecimiento de los enfrentamientos. Los kosovares acusan a los serbios de haber desencadenado una ofensiva en varios puntos. Los serbios denunciaron ataques del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) contra la policía, que obligaron a cortar la carretera entre Pristina y Belgrado.

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Mientras tanto, en Belgrado, la población civil vive con normalidad y sin preocupación aparente, a pesar de que varias embajadas occidentales evacuaron ayer a familiares y parte del personal.Los verificadores abandonaron Kosovo en una operación que se inició pasadas las cuatro de la madrugada de ayer y concluyó al mediodía en la capital de Macedonia. El jefe de la misión de la OSCE, el embajador norteamericano William Walker, fue el último en pasar la frontera por el pueblo Djeneral Jankovic, en un día oscuro y frío. Del lado macedonio se encontraban una docena de soldados de las fuerzas de la OTAN, que están estacionados allí y que, hasta ahora, tenían encomendada la misión de mantenerse alerta para, en caso necesario, sacar de Kosovo a los verificadores. Antes de abandonar Kosovo, las autoridades serbias retiraron los visados a todos los observadores de la OSCE para dejar patente de forma palpable que dan por concluida la misión.

Walker pronunció su particular "¡Volveremos!" al salir de Kosovo y dijo que, con la evacuación, "se cierra una página triste. No nos dejaron cumplir la misión que se nos había encargado y desde hace semanas el acoso no cesaba". En una conferencia de prensa, ya en Skopje, Walker declaró: "La razón más importante para abandonar Kosovo es la imposibilidad de hacer lo que teníamos que hacer. No nos dejaban circular con libertad por todas partes y corríamos mucho peligro al enfrentarnos con gente armada, y ustedes saben que nosotros no llevábamos armas". Se refirió Walker a la retirada de los visados a los observadores porque Belgrado considera la misión finalizada. Dijo el embajador que "parece que no se dan cuenta de la gravedad de la situación y deberían tomarlo en serio. Si entran fuerzas armadas, no pedirán visados y nosotros vendremos con ellos".

No se retiran de sus puestos en Kosovo los que trabajan en tareas humanitarias en la organización para los refugiados de la ONU (ACNUR) y de la Cruz Roja. El representante de ACNUR, el filipino Fernando del Mundo, declaró que habían cumplido sus funciones con dificultades, por tener que evitar zonas de combate. Dominique Dufour, de Cruz Roja, dijo que continuarán sus trabajos en Kosovo: "No abandonamos. Estamos para ayudar a la gente, sobre todo si la situación actual empeora y el conflicto adquiere otras dimensiones. Cualquiera advierte que será difícil trabajar si la OTAN bombardea, pero estamos aquí porque la gente nos necesita". Empeora la situación

La retirada de la OSCE ha empeorado sin duda la situación en Kosovo. Los kosovares informan de una ofensiva de las fuerzas serbias en muchos puntos. Todo parece indicar que los serbios tratan de recuperar las posiciones que tenían antes de la firma del acuerdo entre Milosevic y el negociador norteamericano Richard Holbrooke en octubre. Los kosovares aprovecharon la retirada de las fuerzas serbias para ocupar terreno perdido tras la ofensiva del verano. Ahora, los serbios, con un volumen de fuerzas mucho mayor del permitido en los acuerdos, tratan de volver al punto de partida. Al menos siete guerrilleros kosovares y un policía serbio murieron. En Pristina se palpaba ayer el nerviosismo ante el fin de semana, que suele ir acompañado de atentados terroristas con bombas. Las fuerzas serbias impidieron el acceso a periodistas a varios lugares donde se combatía. Se llegó incluso a cerrar el tráfico entre la carretera que une Pristina con Belgrado en la zona de Podujevo, donde, según los serbios, los terroristas habían atacado una comisaría de policía.

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En Belgrado, con la vuelta del sol tras tres días de tremendo frío y nieve, la vida transcurría normal. Las calles del centro estaban llenas de gente de compras. En el Café Sport se permitían la broma de incluir en la carta un cóctel bautizado con el nombre de Tomahawk en honor a los famosos misiles de la OTAN. Por la zona peatonal se podía escuchar a un vendedor de discos que ponía a toda potencia uno de la cantante croata Doris Dragovic, que representará a su país en Eurovisión. En contraste con esta normalidad, los ciudadanos de países occidentales familiares de diplomáticos abandonaron la capital. Ésta es la tercera ocasión desde el pasado octubre. Los habitantes de Belgrado se lo toman con calma y en apariencia no se creen lo de que viene el lobo.

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