Xabier Arzalluz compra y practica el alemán

Tener fama en Bilbao significa tener todo tipo de clientes: particulares y empresas. A la charcutería La Moderna de Bilbao las gentes de la villa la conocen por su nombre, o bien por Thate, o por el alemán. En Bilbao nadie olvida los orígenes germanos de un comercio que se ha convertido en una de las señas de identidad del bilbainismo profundo. Entre los clientes particulares de la tienda de la calle Astarloa figuran varios políticos y más de un prestigioso cocinero. Uno de los habituales es el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, al que probablemente el embutido alemán le recuerda sus año...

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Tener fama en Bilbao significa tener todo tipo de clientes: particulares y empresas. A la charcutería La Moderna de Bilbao las gentes de la villa la conocen por su nombre, o bien por Thate, o por el alemán. En Bilbao nadie olvida los orígenes germanos de un comercio que se ha convertido en una de las señas de identidad del bilbainismo profundo. Entre los clientes particulares de la tienda de la calle Astarloa figuran varios políticos y más de un prestigioso cocinero. Uno de los habituales es el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, al que probablemente el embutido alemán le recuerda sus años de estudiante en ese país. Enrique Thate, uno de los cuatro hermanos que ahora gestionan el negocio familiar, recuerda cómo recientemente Arzalluz llegó a la tienda en compañía del portavoz de los nacionalistas vascos en el Congreso, Iñaki Anasagasti, y cómo, siguiendo su costumbre habitual, hizo su comanda en alemán. Thate, tras charlar un poco con el líder peneuvista en ese idioma, sugirió que Anasagasti no comprendía la lengua de Göethe y que sería bueno cambiar de idioma, petición que no tuvo especial respaldo. Otros clientes relativamente habituales del comercio son el ex secretario general de los socialistas vizcaínos Ricardo García Damborenea, y lo fue el ex entrenador del Athletic Juup Heynckes. Más allá de políticos y famosos, entre los clientes habituales destacan cadenas de restaurantes como Krunch o el prestigioso restaurador Martín Berasategi. En todo caso, su cliente, por normativa legal, es el consumidor final, es decir restaurantes y particulares que acudan por tradición familiar o porque les haya llegado noticias de un embutido vasco alemán.

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