Los ganaderos fracasan en su intento de subir la cotización del cerdo

El precio de la carne de cerdo en vivo continuará una semana más por los suelos, ya que la junta de precios de Mercolleida -la lonja de referencia del porcino para toda España- acordó en su última reunión mantener la cotización de 90 pesetas el kilo, cantidad que el sector considera ruinosa. Un centenar de ganaderos leridanos ocuparon ayer las instalaciones de la lonja para presionar a la junta de precios y conseguir una subida de la cotización del porcino.

La movilización de los productores no tuvo el efecto deseado, pero en cambio sirvió para que la valoración del cerdo no siguiera en...

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El precio de la carne de cerdo en vivo continuará una semana más por los suelos, ya que la junta de precios de Mercolleida -la lonja de referencia del porcino para toda España- acordó en su última reunión mantener la cotización de 90 pesetas el kilo, cantidad que el sector considera ruinosa. Un centenar de ganaderos leridanos ocuparon ayer las instalaciones de la lonja para presionar a la junta de precios y conseguir una subida de la cotización del porcino.

La movilización de los productores no tuvo el efecto deseado, pero en cambio sirvió para que la valoración del cerdo no siguiera en la línea descendente que emprendió poco después de las fiestas de Navidad. El lechón se cotiza ahora a 1.000 pesetas por animal y al precio que se paga por el cerdo adulto, los ganaderos aseguran que pierden alrededor de 6.000 pesetas por cada uno que venden. Mercolleida ha decidido no modificar los precios alegando que en estos momentos existe un exceso de oferta que provoca la saturación del mercado. La crisis de precios que afecta al sector hace que aumente la indignación entre los ganaderos, quienes, desde el pasado mes de agosto, están asistiendo impotentes a una imparable caída de precios que está arruinando al sector. En menos de dos años, el kilo de carne de cerdo en vivo ha pasado de 240 pesetas a las 90 actuales. Los productores de porcino quieren que los responsables de fijar las cotizaciones en la lonja, básicamente los mataderos y las empresas transformadoras, suban los precios hasta alcanzar un mínimo de 130 pesetas por kilo. Por debajo de esa cantidad, los ganaderos aseguran que sólo cosechan pérdidas, aunque vendan los animales. A medida que pasa el tiempo, los ánimos se van encendiendo. Pudieron oírse ayer en Mercolleida las voces de algunos ganaderos que exigen al sindicato Unió de Pagesos (UP) que adopte una posición más radical y beligerante frente a los que consideran responsables de la crisis. Sacar piquetes En la asamblea que se celebrará el próximo miércoles en Térmens (Noguera), a puerta cerrada, los ganaderos votarán la propuesta de impedir la entrada en Cataluña de camiones con cerdos procedentes de Holanda. "Nos toman el pelo cada semana y ha llegado el momento de sacar los piquetes a la carretera porque la miseria ha empezado a llegar a mi casa mientras ellos se enriquecen con esta crisis", gritó ayer un ganadero enfurecido por la situación que vive su negocio. Unió de Pagesos, que rechaza la teoría de que bajando las cotizaciones y reduciendo la cabaña se conseguirá incrementar las exportaciones y el volumen de sacrificios en los mataderos, ha reemprendido la campaña iniciada antes de Navidad para conseguir que las grandes superficies comerciales bajen el precio de los productos del cerdo. Los ganaderos que se encontraban en Lleida visitaron ayer diferentes comercios y repartieron octavillas entre los clientes en las que se informaba que el productor cobra 9.000 pesetas por un cerdo de 100 kilos, mientras que vendido al por menor le cuesta al consumidor 60.000 pesetas. ¿Quién se queda con la diferencia?, se preguntan.

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