Nueva terapia genética para reparar el desgaste muscular

Un grupo de científicos estadounidenses de la Universidad de Pensylvania ha desarrollado un nuevo tratamiento de terapia genética que bloquea permanentemente la pérdida de tamaño y fuerza musculares en cobayas. Las cobayas, como los humanos y todos los mamíferos, pierden hasta un tercio de la masa y poder muscular con la edad. En los humanos, el resultado es una debilidad creciente con la edad que puede llegar a provocar inestabilidad y a limitar la movilidad, además de aumentar la proclividad a las caídas, la tensión en las rodillas y la degeneración. Aún en cobayas jóvenes, el nuevo tratamie...

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Un grupo de científicos estadounidenses de la Universidad de Pensylvania ha desarrollado un nuevo tratamiento de terapia genética que bloquea permanentemente la pérdida de tamaño y fuerza musculares en cobayas. Las cobayas, como los humanos y todos los mamíferos, pierden hasta un tercio de la masa y poder muscular con la edad. En los humanos, el resultado es una debilidad creciente con la edad que puede llegar a provocar inestabilidad y a limitar la movilidad, además de aumentar la proclividad a las caídas, la tensión en las rodillas y la degeneración. Aún en cobayas jóvenes, el nuevo tratamiento aumentó la fuerza muscular en un 15% más que en los músculos que no recibieron el tratamiento. Pero en las cobayas mayores, la mejoría fue aún más notable.Los investigadores dan cuenta de un 27 % de aumento de fuerza en relación a los músculos no tratados en estos conejillos de indias, lo que les devolvió por completo su fuerza al mismo nivel de cuando eran jóvenes.

La técnica indica que, en un futuro no muy lejano, será posible desarrollar terapias humanas que podrían revertir la debilidad asociada con el envejecimiento o contrarrestar los efectos de desgaste que producen las distrofias musculares y otras alteraciones relacionadas con los músculos. Se plantea, sin embargo, la cuestión de que esta técnica pueda ser objeto de abuso para potenciar el rendimiento atlético o la apariencia estética exterior. "Ahora estamos intentando comprobar si esta técnica también se puede emplear para aumentar la fuerza muscular en personas con problemas de distrofia, apunta H. Lee Sweeney, catedrático de fisiología y principal investigador en este estudio.

Para desarrollar el nuevo tratamiento, los investigadores aprovecharon la capacidad de algunos virus de integrar su material genético en las células que infectan.

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