Sobre "Los hijos de Yoyes"
Ante la publicación del artículo Los hijos de Yoyes [en EL PAÍS, del domingo 18 de octubre] , y en el que se me cita, quiero manifestar lo siguiente:En primer lugar, considero las referencias a la familia de Yoyes absolutamente ofensivas y fuera de lugar, máxime teniendo en cuenta el sufrimiento que ha padecido y sigue padeciendo, cuando han pasado 12 años desde el asesinato de su hermana-hija-madre-compañera.
En segundo lugar, me parece absolutamente incorrecta la utilización que se hace de mis palabras para atacar al mundo de las ikastolas y del nacionalismo. Yo creo en una Euskal Her...
Ante la publicación del artículo Los hijos de Yoyes [en EL PAÍS, del domingo 18 de octubre] , y en el que se me cita, quiero manifestar lo siguiente:En primer lugar, considero las referencias a la familia de Yoyes absolutamente ofensivas y fuera de lugar, máxime teniendo en cuenta el sufrimiento que ha padecido y sigue padeciendo, cuando han pasado 12 años desde el asesinato de su hermana-hija-madre-compañera.
En segundo lugar, me parece absolutamente incorrecta la utilización que se hace de mis palabras para atacar al mundo de las ikastolas y del nacionalismo. Yo creo en una Euskal Herria en la que, desde el respeto a nuestra identidad, convivamos todos y construyamos una sociedad que es plural. Las ikastolas, que han contribuido a recuperar nuestro idioma y nuestra cultura, no tienen nada que ver con esa retorcida imagen que una y otra vez se pretende dar de ellas. Y lo digo desde la perspectiva de quien ha escogido la escuela pública para la educación de su hijo.
Me parecen injustas y desacertadas las campañas realizadas desde la demagogia y basadas más en su utilización para el descrédito de quienes pretenden dar una imagen legítima, por lo menos tanto como otras, de este país. Y ello, aun siendo consciente de los errores que hayan podido cometer en algunas ocasiones.
Finalmente, me parece absolutamente desacertado pretender demonizar al nacionalismo vasco y pretender ver en él la exclusión del resto de la sociedad. Sólo desde el respeto mutuo podremos hacer una Euskal Herria con futuro. Un futuro en el que no caben quienes alimentan el enfrentamiento entre vascos, se apelliden Fernández o Apalategi, y creo que el discurso que estamos escuchando estos días desde el nacionalismo tiene poco que ver con esa imagen que se pretende dar de él. Artículos como el citado poco ayudan a lograr una sociedad integrada y en paz por la que suspiramos, ahora afortunadamente sí, todos los vascos, ¿o no?-