Cientos de profesores pueden impartir clase en vasco, sin examinarse del perfil 2 El Gobierno vasco ha homologado diversos títulos de euskera para la docencia

El Gobierno vasco aprobó la semana pasada un decreto que homologa los distintos títulos de euskera y los equipara al perfil 2 del profesorado. Pone así punto final al conflicto creado por una normativa de 1993, que impedía que los docentes que tenían el Ega u otros certificados, pudieran dar clase en vasco en la red pública. Los sindicatos cifran en "cientos" los profesores afectados. Pero ya no será necesario que se examinen del perfil 2.

La situación de los profesores de la red pública vasca de enseñanza se complicó en 1993. El socialista Fernando Buesa estaba al frente del Departamen...

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El Gobierno vasco aprobó la semana pasada un decreto que homologa los distintos títulos de euskera y los equipara al perfil 2 del profesorado. Pone así punto final al conflicto creado por una normativa de 1993, que impedía que los docentes que tenían el Ega u otros certificados, pudieran dar clase en vasco en la red pública. Los sindicatos cifran en "cientos" los profesores afectados. Pero ya no será necesario que se examinen del perfil 2.

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La situación de los profesores de la red pública vasca de enseñanza se complicó en 1993. El socialista Fernando Buesa estaba al frente del Departamento de Educación cuando el Gobierno vasco aprobó un decreto que dejó perplejo y descompuesto a un amplio colectivo de profesores. Esta resolución diseñaba una capacitación lingüística de dos perfiles -el PL 1 y el PL 2- para los docentes que impartían sus clases en enseñanzas de régimen general. El primer perfil garantizaba, y lo hace hoy, que el profesorado fuera capaz de comunicarse en euskera; el segundo, que los docentes impartieran en lengua vasca su asignatura. Pero este decreto no establecía ni permitía las equivalencias con los diferentes títulos de euskera. Ni el Ega, ni el certificado expedido por las Escuelas Oficiales de Idiomas bastaban para acreditar el nivel de vasco del profesorado. Se daba la paradoja de que filólogos vascos no podían impartir clase en ese idioma. "Se les habilitaba para enseñar euskera, pero no por ejemplo para dar clases de gimnasia" en este idioma, señala la responsable de la Secretaría Educativa y de Formación de Comisiones Obreras, Eloísa Larrea. Tras el decreto, la contradicción también reinó dentro de la Administración. Profesores liberados por las propias instituciones para lograr el Ega se encontraron, dos meses después de haber superado su examen -en junio de 1993-, con que su esfuerzo no había servido para nada. Ese título no era un visado válido para impartir clases en euskera dentro de la red de enseñanza pública vasca. La situación rozaba "lo kafkiano", denuncia Larrea. Nekane Bidaurrazaga, filóloga vasca cuya lengua materna es el euskera, recuerda que con el decreto se le impedía dar clases en esta lengua y, sin embargo, sí podía impartir enseñanza en castellano. "Me parecía una aberración", asegura. "Los que estudiaban Filología Inglesa podían ejercer su profesión sin ninguna dificultad y a nosotros, en cambio, se nos exigía pasar por un examen para la homologación". Por eso se movilizó junto a un grupo de compañeros afectados. Mantuvo reuniones con sindicatos y encuentros incluso con personal de la Administración, que tampoco acertaban a encontrar ninguna lógica a los obstáculos que se habían impuesto al profesorado euskaldún. En todo caso, su situación no era la más grave. Nekane, que actualmente imparte docencia en una escuela de Galdakao, consiguió su plaza de funcionaria de enseñanza antes de la promulgación del decreto, y tenía un trabajo que nadie le podía quitar. "Me insistieron en que me presentara al perfil 2, pero dije que no, casi por orgullo personal". Cinco años de lucha Otros compañeros que luchaban por la misma causa no tuvieron su suerte. Los sindicatos, que han reivindicado durante cinco años la homologación de títulos, no se atreven a dar cifras concretas de cuántos docentes se han visto afectados por el decreto de 1993. Pero aseguran que han sido "cientos". Sus protestas no han llegado a buen termino hasta ahora. Ha sido necesario un lustro para regularizar y establecer las equivalencias de títulos que habilitan para impartir la docencia en vascuence. Porque, como señala Larrea, "en la privada, la cuestión se resolvió con la equiparación del PL 2 al Ega", en enero de 1996. El parcheo para paliar las contradicciones de la legislación llegó en marzo de este año. En un decreto, el Ejecutivo de Vitoria reconoció que la aplicación de la normativa anterior había "supuesto la exclusión del sistema de homologaciones y equiparaciones de las certificaciones lingüísticas a determinados colectivos" con títulos que "en buena lógica debieran encontrarse incluidas en dicho régimen". Se estableció las equidad entre el Ega, el EIT (Euskaraz Irakasteko Trebetasun Aitormena) y equivalentes al perfil 2, pero de manera provisional, hasta finales de 1998. Profesores y sindicatos se temían lo peor, una vuelta a la situación anterior. Sin embargo, el Departamento vasco de Educación, con Inaxio Oliveri (EA) a la cabeza, ha puesto punto final a este problema. Los poseedores del Ega vasco y navarro y los títulos precedentes -el D que expedía Euskaltzaindia y el certificado de tercer nivel del Instituto Labayru anterior a 1982- adquieren inmediatamente el perfil 2. También quienes tengan el certificado de aptitud de euskera en las escuelas oficiales de idiomas del País Vasco y Madrid, los licenciados en Filología vasca y los diplomados en Magisterio en esa especialidad. La misma categoría alcanzan las diplomaturas de Magisterio cursadas en euskera. Además el Gobierno ha equiparado el perfil 1 de la enseñanza al cuarto curso de euskera de las escuelas oficiales de idiomas del País Vasco. ELA, LAB, UGT y CC OO valoran positivamente esta medida que racionaliza la situación del profesorado.

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