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Investigadores a la fuerza

EMPRESAS» San Cosme y San DamiánLa inventiva humana casi siempre está espoleada por la necesidad; por el imperativo de encontrar soluciones a los problemas cotidianos. Es el caso de la cooperativa San Cosme y San Damián de Almargen, un pueblo malagueño de 2.253 habitantes, ubicado en el límite con Cádiz y Sevilla. Sus 500 socios no sabían qué hacer con los purines -ese lodo negro contaminante, mezcla de agua y estiércol- que generaban los cerdos que criaban. Y es que, para evitar la filtración a los acuíferos, la legislación prohibe su vertido a ríos o arroyos y sólo permite su eliminación en ...

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EMPRESAS» San Cosme y San DamiánLa inventiva humana casi siempre está espoleada por la necesidad; por el imperativo de encontrar soluciones a los problemas cotidianos. Es el caso de la cooperativa San Cosme y San Damián de Almargen, un pueblo malagueño de 2.253 habitantes, ubicado en el límite con Cádiz y Sevilla. Sus 500 socios no sabían qué hacer con los purines -ese lodo negro contaminante, mezcla de agua y estiércol- que generaban los cerdos que criaban. Y es que, para evitar la filtración a los acuíferos, la legislación prohibe su vertido a ríos o arroyos y sólo permite su eliminación en tierras de labor tras una sedimentación de dos meses. Esta salida exigía a los granjeros tener más balsas de las que podían disponer. Había que buscar otra solución. Fue así como hace dos años, esta cooperativa agrícolo-ganadera dedicada a la elaboración de aceite de oliva y pienso y a la inseminación artificial de porcinos se vio obligada a embarcarse en un proyecto de investigación y desarrollo. I+D, que le llaman. Aquilino Solís, el gerente, prefiere llamarle investigación a la fuerza. Desde hace seis meses la planta depura 20 metros cúbicos de purines por hora, 24 horas al día. La materia prima no es nada agradable, pero los resultados valen la pena. Sobre todo, si se tienen en cuenta los beneficios para el medio ambiente. Del purín se obtienen dos productos: abono orgánico y agua reciclada para riego. De momento el líquido se vierte a un arroyo ya que no hay escasez y el fertilizante natural se vende a una peseta el kilo. "La depuradora no fue concebida para generar ingresos, sino para eliminar un problema", aclara el gerente. Pero con el tiempo, los socios confían en amortizar los 125 millones que han invertido. La cooperativa y el ingeniero industrial inventor del sistema, Santiago López, han constituido la sociedad Tradepur S. L. para "vender" la tecnología una vez que su rodaje convenza a los incrédulos. Juan Moreno, presidente de la cooperativa, no quiere dejar lugar a dudas. Señala el lodo pestilente y oscuro acumulado en una balsa. Después, del otro extremo de un sinfín de cañerías extrae una jarra de agua clara. "Ponga la mano, huela, huela. Nada. Solo agua limpia", insiste. Los análisis demuestran que además de su color, también es normal su composición. "Hemos arriesgado una inversión y nos ha salido bien. Lo hemos hecho con nuestro esfuerzo porque no hemos recibido ninguna subvención. Debería interesar más porque estamos contribuyendo a eliminar vertidos contaminantes", se queja Solís. Aunque admite que no agotaron todas las posibilidades de conseguir alguna ayuda: "Nos topamos con la burocracia y preferimos no demorar la puesta en marcha de la idea". El Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias (INIA) está interesado en conocer el sistema de depuración. El INIA lleva unos quince años buscando una solución al problema de los purines, sin haberlo conseguido hasta el momento. En Holanda, se ha limitado el censo porcino porque no saben cómo reciclarlos. El método consiste en coagular los purines para separar las sustancias sólidas de las líquidas. Los líquidos pasan por doce balsas hasta transformarse en agua incolora e inodora. La tercer característica de este líquido, insípida, mejor no constatarla. El éxito del proyecto supondría un tirón social. Casi no hay familia en Almargen que no tenga un socio en la cooperativa. El municipio basa su modesta economía en la cría de ganado porcino (80%) y en la agricultura. La sociedad nació en 1965 con menos de una veintena de socios. En principio solo pretendía transformar en aceite la aceituna de sus olivos y crear canales para su comercialización. La cooperativa, que debe su nombre a los santos del pueblo, amplió sus horizontes a la elaboración de pienso para los cerdos que criaban los cooperativistas y más tarde a la reproducción artificial. Hoy extiende su influencia a municipios colindantes como Cañete La Real (Málaga) y Saucejo (Sevilla). Eso sí, el 80% de los socios se concentra en Almargen. La depuración de los desechos contaminantes de las granjas es una fase más de esta cooperativa polifacética. Sus responsables ya sueñan con la reutilización del agua reciclada para dar de beber a los animales. "Podemos hacerlo", adelanta el inventor del sistema de depuración. Pero por el momento se conforman con consolidar el paso que acaban de dar.Dirección Carretera de Saucejo s/n 29330 Almargen, Málaga Empleos 30 Facturación 3.000 millones anuales Producción elaboración de pienso, inseminización artificial de porcinos, almazara En Holanda se limita el número de cerdos porque no saben reciclar la mezcla de agua y estiercol que generan

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