Los delitos ecológicos denunciados este año superan ya los registrados en 1997

El número de delitos ecológicos denunciados en el País Vasco sigue una línea ascendente. En los primeros siete meses de este año se han presentado trece denuncias contra empresas, cuando durante 1997 se registraron once expedientes, según los datos que constan en la Ertzaintza. La mayoría de los atentados contra el medio que provocan las empresas se produce por vertidos tóxicos a los cauces fluviales, aunque también se ha denunciado un caso por contaminación atmosférica y dos por vertidos en escombreras incontroladas.

El cierre de empresas por la crisis industrial, la instalación de de...

El número de delitos ecológicos denunciados en el País Vasco sigue una línea ascendente. En los primeros siete meses de este año se han presentado trece denuncias contra empresas, cuando durante 1997 se registraron once expedientes, según los datos que constan en la Ertzaintza. La mayoría de los atentados contra el medio que provocan las empresas se produce por vertidos tóxicos a los cauces fluviales, aunque también se ha denunciado un caso por contaminación atmosférica y dos por vertidos en escombreras incontroladas.

El cierre de empresas por la crisis industrial, la instalación de depuradoras en las industrias y un mayor control por parte de las autoridades han permitido una evidente mejoría en granparte de los ríos vascos a los que hasta hace no tantos años se vertían millones de litros de contaminantes. Pese a ello, se siguen produciendo desastres ecológicos y, según los datos de la Ertzaintza de los dos últimos años, se ha incrementado el número de denuncias y de atestados realizados por ese cuerpo policial con respecto a ese tema. En 1997 se presentaron 11 denuncias contra otras tantas empresas como presuntas autoras de delitos ecológicos; 7 estaban ubicadas en Vizcaya, 2 en Guipúzcoa y una en Álava. La Ertzaintza remitió a los fiscales de delitos ecológicos de las Audiencias vascas 17 atestados, la mayoría de ellos correspondía a empresas afincadas en el territorio de Vizcaya. Este año la tendencia en la comisión de delitos ecológicos mantiene una línea creciente, dado que en entre los meses de enero y julio ya se han presentado 13 denuncias contra industrias y se han realizado otros tantos atestados. El 90% de los delitos ecológicos que se cometen en la comunidad vasca, según los datos policiales, se refiere a vertidos de productos tóxicos a los ríos. Tan sólo se ha registrado una denuncia por vertidos a la atmósfera y dos por arrojar basuras a escombreras incontroladas. El último desastre ecológico en Guipúzcoa se produjo el pasado fin de semana, cuando una avería en la lavandería del Grupo Gureak de Oiartzun provocó un escape de fuel oil que llegó al río y de éste a la bahía de Pasaia. El alcalde de la localidad, el socialista Bixen Itxaso, ha pedido el cese cautelar de la actividad de Gureak, ya que de lo contrario se estarían mostrando "actitudes condescendientes con la negligencia que favorece la degradación y el deterioro en la ya mermada calidad de vida de nuestra población y aledaños". No es la primera vez que el esta empresa protagoniza un hecho de esta índole. En 1996, desde la misma planta de lavado se vertieron 17.000 litros de combustible al río Oiartzun, y, aunque la dirección de la empresa asegura que entonces adoptó las medidas correctoras necesarias para que no se volviera a producir ningún accidente, la realidad ha desmentido tal previsión. La Diputación de Guipúzcoa ha abierto un expediente informativo para conocer el alcance del daño causado por la última fuga de fuel oil, que se cuantifica en unacantidad cercana a los 6.000 litros de combustible. Por su parte, la Ertzaintza ya ha remitido un informe al fiscal encargado de delitos de medio ambiente de la Audiencia de Guipúzcoa por si cupiera la calificación de delito ecológico. La forma en la que pasó el líquido por el río impidió, aseguran técnicos de Montes y Medio Ambiente de la Diputación de Guipúzcoa, que el aceite afectase a la fauna piscícola, aunque sí a más medio centenar de patos que murieron tras quedar impregnados de fuel. A pesar de estos accidentes, las medidas sancionadoras impuestas a las empresas que incumplen la ley de Protección de Medio Ambiente han permitido que se reduzca de forma considerable los vertidos a los ríos. Un estudio de la Diputación de Guipúzcoa realizado entre 1989 y 1997 indica que de los 70 millones de metros cúbicos de agua contaminada que se vertían se ha pasado a 30 millones, un 57% de diferencia. En el caso de las papeleras -las que mayor caudal vierten a los ríos-, la disminución ha sido del 33%, mientras que en sectores como materiales de construcción, metalurgia y tratamientos superficiales el descenso se sitúa entre el 77 y 95%. El "caso Rontealde" El más grave de los casos de delito ecológico que se han producido en el País Vasco ocurrió en 1994 en Barakaldo. Una emisión tóxica incontrolada de la empresa química Rontealde y causó la muerte de un vecino con problemas respiratorios. El juez instructor de la causa dictó un auto de procesamiento contra cuatro directivos de la planta como responsables de un delito ecológico con resultado de muerte. En la resolución judicial se establece una relación directa entre las emanaciones de dióxido de azufre y el fallecimiento de un vecino de 70 años de edad. Además, el juez responsabilizó a la empresa de múltiples irregularidades: que la operación de puesta en marcha de la producción se realizó sin tener en cuenta las resoluciones climáticas, el sensor no cumplía las prescripciones técnicas y no hubo consulta previa al Departamento de Medio Ambiente. La empresa recurrió el auto de procesamiento ante la Audiencia Provincial y se está la espera de una resolución de la sala. En febrero de 1995, meses después de producirse el accidente, la empresa invirtió 1.400 millones de pesetas en el cambio del sistema productivo con el objetivo de utilizar azufre líquido en lugar de sólido para reducir el impacto medio ambiental.