Muñoz Molina recibe el premio de los lectores de Crisol por "Plenilunio"

El autor criticó "las listas de ventas" de la Feria del Libro

El resultado lo ha dictado exclusivamente el gusto de los lectores. No ha sido producto ni de las listas de ventas ni de un jurado compuesto por escritores. En la primera convocatoria del Premio de los lectores Crisol al mejor libro , unos 6.000 han votado que la novela Plenilunio (Alfaguara), de Antonio Muñoz Molina (Úbeda, Jaén, 1956) es la obra con la que más disfrutaron en 1997. Los best sellers no aparecieron ni entre los seis primeros puestos. El premio concedido ayer al autor es una escultura de plata del diseñador de joyas Chus Burés.

Los lectores votaron a la novela policíaca P...

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El resultado lo ha dictado exclusivamente el gusto de los lectores. No ha sido producto ni de las listas de ventas ni de un jurado compuesto por escritores. En la primera convocatoria del Premio de los lectores Crisol al mejor libro , unos 6.000 han votado que la novela Plenilunio (Alfaguara), de Antonio Muñoz Molina (Úbeda, Jaén, 1956) es la obra con la que más disfrutaron en 1997. Los best sellers no aparecieron ni entre los seis primeros puestos. El premio concedido ayer al autor es una escultura de plata del diseñador de joyas Chus Burés.

Los lectores votaron a la novela policíaca Plenilunio durante los pasados meses de marzo y abril en unas urnas repartidas en las 12 librerías Crisol (9 en Madrid; 2 en Barcelona y una en Valencia). El libro preferido por los lectores el año pasado no ha coincidido con el más vendido en 1997, que fue Limpieza de sangre, de Arturo Pérez Reverte.Plenilunio narra la historia de un inspector de policía trasladado del País Vasco a Andalucía como consecuencia de las amenazas terroristas que han enloquecido a su mujer. En el pueblo un asesino de niñas anda suelto y el policía se hace cargo del caso. A su vez establece una relación sentimental con una profesora de una niña asesinada.

Los organizadores, que evitaron enumerar los restantes títulos -«es un premio al mejor libro, no hay segundos puestos ni terceros»-, aclararon que hubo «una cierta relación de los que más han gustado con las ventas, pero no directa». El género de los best sellers no es del gusto de los lectores de Crisol y sí son los autores españoles, según los organizadores de la convocatoria.

Durante la entrega del premio, el académico Antonio Muñoz Molina no se anduvo por las ramas. Tras recibir la placa que le entregó el director general de Crisol, José Manuel López Bottiglieri, y expresar su alegría por un galardón «tan cuantioso», el escritor pasó a criticar la relación que el mercado establece entre el lector y el libro.

El espacio de la lectura

Y se refirió en concreto al «espectáculo lamentable que ofrecieron los comerciantes mal educados peleándose en el Retiro por las listas de ventas en la reciente Feria del Libro (de Madrid)». Este comportamiento deriva, según el autor, a la conversión exclusivamente numérica entre la Feria y el lector. «Y ya está bien de centrar la relación con el lector en esas cantidades», afirmó. Molina reconoció que el libro tiene un lugar, un espacio y un precio; y que él vive de escribir, «no de las rentas». Pero al mismo tiempo apeló a «ese espacio maravilloso que es la lectura, algo inaprensible que tiene que ver únicamente con las veces que se lee una obra y el efecto que causa en el lector». Y, tras calificar de «vulgaridad» la máxima que dice que un autor escribe para que le quieran más, el autor de Jinete polaco definió cómo debe de ser, según él, la relación entre el libro, el autor y el lector: «civilizada y basada en la inteligencia y en la disensión».El Premio Nacional de Literatura también criticó una moda que consiste en halagar a las mujeres. «Vende más, pero es una forma de sexismo al revés».

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