La revista "Vuelta", fundada por Octavio Paz, cerrará en agosto

La revista Vuelta, fundada por el escritor mexicano Octavio Paz en 1976 y convertida en un espacio esencial de difusión cultural y análisis político, se acerca al final de su trayectoria. Dos meses después del fallecimiento del poeta, sus colaboradores han decidido que la publicación, galardonada en 1993 con el Premio Príncipe de Asturias, cierre en agosto un ciclo de vida fecunda, en el que sirvió de punto de encuentro para varias generaciones de intelectuales de todo el mundo. El equipo de Vuelta prepara una nueva revista que mantendrá, dicen, la mirada abierta y el espíritu crítico de su an...

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La revista Vuelta, fundada por el escritor mexicano Octavio Paz en 1976 y convertida en un espacio esencial de difusión cultural y análisis político, se acerca al final de su trayectoria. Dos meses después del fallecimiento del poeta, sus colaboradores han decidido que la publicación, galardonada en 1993 con el Premio Príncipe de Asturias, cierre en agosto un ciclo de vida fecunda, en el que sirvió de punto de encuentro para varias generaciones de intelectuales de todo el mundo. El equipo de Vuelta prepara una nueva revista que mantendrá, dicen, la mirada abierta y el espíritu crítico de su antecesora.Las dudas e incertidumbres respecto al futuro de Vuelta surgieron tras la muerte del Nobel de Literatura el pasado 20 de abril. Después de todo, Vuelta era Octavio Paz, el alma mater, el maestro diligente, el director concienzudo. Pero también era el esfuerzo de todo un grupo de escritores para quienes la revista constituía no sólo una apuesta intelectual, sino también una experiencia afectiva.

Nombres como Alejandro Rossi, Gabriel Zaid, Enrique Krauze, Adolfo Castañón, Aurelio Asiain, Christopher Domínguez, Fabienne Bradu o Guillermo Sheridan, entre otros muchos colaboradores, son parte de las raíces de Vuelta. La desaparición del poeta los puso bruscamente en la encrucijada.

Ortega como referencia

La opinión generalizada era que la publicación no podía convertirse en una sombra esclerotizada de lo que había sido bajo la batuta de Paz. Menos todavía en un mausoleo para mayor gloria del poeta, algo que le hubiera molestado profundamente. El devenir de la Revista de Occidente tras la muerte de José Ortega y Gasset, o de Sur, tras la desaparición de Victoria Ocampo, eran referencias constantes. El nombre de Vuelta no se podía desligar de la vida y obra de Octavio Paz.Con el acuerdo de su viuda, Marie-José, se decidió que la revista dejara de circular en el plazo de tres meses. En una operación que se cerró recientemente, Marie-José vendió su parte en la empresa editora de Vuelta (el 51% de las acciones) a Enrique Krauze, quien fue subdirector de la revista hasta 1997 y que a partir de ahora se convierte en el principal accionista y director del grupo. El equipo se mantiene unido y dispuesto a iniciar una nueva etapa. Entre manos tiene la preparación de otra publicación, cuyas características están en fase de discusión. Es probable que la nueva revista se abra un poco más al género periodístico. Una cosa es segura: mantendrá el espíritu curioso y beligerante que animó a su antecesora. «Lo que no se va a romper», ha declarado Krauze, «es el compromiso intelectual con la crítica, con la tolerancia, con la diferencia, con la disidencia, todo eso que Vuelta significó».

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