Las nuevas terapias elevan a 51 el número de niños con sida escolarizados en Euskadi. Los niños con sida escolarizados en Euskadi han aumentado de 24 a 51 en los últimos cinco cursos

Los avances en el tratamiento del sida han repercutido notablemente en la esperanza de vida de los enfermos más jóvenes, los niños que fueron contagiados por sus madres en el embarazo. La baja mortandad y la suma cada año de una media de cinco nuevos casos ha hecho ascender hasta los 51 casos el número de niños con sida escolarizados en el País Vasco. El alumno infectado de mayor edad tiene 14 años y cursa la ESO en un centro privado, sin apenas faltar a clase. "Son niños normales, que juegan, estudian y hacen deporte como los demás", explica su profesora. El sida infantil no ocupa, cuantitati...

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Los avances en el tratamiento del sida han repercutido notablemente en la esperanza de vida de los enfermos más jóvenes, los niños que fueron contagiados por sus madres en el embarazo. La baja mortandad y la suma cada año de una media de cinco nuevos casos ha hecho ascender hasta los 51 casos el número de niños con sida escolarizados en el País Vasco. El alumno infectado de mayor edad tiene 14 años y cursa la ESO en un centro privado, sin apenas faltar a clase. "Son niños normales, que juegan, estudian y hacen deporte como los demás", explica su profesora. El sida infantil no ocupa, cuantitativamente, una parcela importante en el complejo panorama del tratamiento de la epidemia. Los niños sólo representan el 1% de los infectados por el virus y los enfermos de sida. La importancia del sida pediátrico radica, en cambio, en las dificultades para lograr un clima de normalidad que permita avanzar en el proceso de socialización de los pequeños. Desde el inicio de la epidemia, la llegada de niños enfermos a la escuela ha sido un termómetro de precisión para medir las dificultades de integración social de los seropositivos. En 1986, el primer niño con sida escolarizado fue expulsado del colegio. Hoy, la confidencialidad protege la normalidad en sus aulas.La escolarización del primer niño con sida causó un grave conflicto en un colegio de Durango. La presión de los padres del resto de alumnos, atemorizados por el riesgo de contagio, provocó en 1986 la expulsión del alumno enfermo. La situación se pudo reconducir con una simple medida: un pacto de confidencialidad. La incorporación de niños con sida a la escuela se realiza desde entonces informando de la situación únicamente a la dirección del centro y a los profesores responsables del niño. Este pacto de confidencialidad ha permitido que no se repita el caso de rechazo de enfermos de sida en la comunidad escolar. En el curso 1991-92 eran 24 los niños infectados de sida que estaban escolarizados en Euskadi. Actualmente, son ya 51. La cifra sigue aumentando paulatinamente porque a la baja mortalidad se une la estabilización de los nuevos casos de bebés infectados que se contabilizan cada año, a un ritmo que suma una media de cinco niños a la lista de seropositivos en los centros escolares. 30 bebés al año Los planes de control del sida no han logrado que desciendan los embarazos en mujeres con sida. En los últimos años, el número de nacimientos de bebés con anticuerpos se ha situado en torno a una media de 30 casos al año, aunque no todos ellos están realmente afectados. A los 15 meses de su nacimiento, tan sólo el 15 % están infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana; el resto son niños sanos que dieron resultados positivos en los análisis porque llevaban en la sangre los anticuerpos creados por sus madres. Bajo tratamiento, los niños con sida siguen creciendo a la espera de que los avances científicos vayan dibujando un horizonte más esperanzador para ellos. Las nuevas terapias, que combinan la ingestión de tres fármacos, han logrado una mejora sustancial del estado físico de los enfermos y que la esperanza de vida aumente cada año. Los especialistas no disponen de experiencias previas que sirvan de referencia en la escolarización de estos niños. En los países del norte de Europa, no ha sido necesario poner en marcha planes específicos porque la epidemia del sida afecta, principalmente, a homosexuales. Sólo Italia tiene un panorama equiparable al que sufre España, el país europeo con mayor cantidad de casos de sida, y no funciona ningún intercambio de información con sus especialistas. Lo más parecido a la escolarización de enfermos de sida son los programas de atención a los niños con cáncer, pero las diferencias son radicalmente diferentes en los aspectos familiares y sociales. En la mayoría de los casos estos niños tienen un bajo rendimiento escolar, que sus profesores no achacan directamente a la debilidad física o anímica que les provoca el sida, sino al entorno en que han crecido. "Los niños con sida son especiales, más por las circunstancias en las que se ha desarrollado su vida que por la enfermedad que sufren", aseguran los docentes. "En la mayoría de los casos, han nacido en hogares desestructurados y han perdido por causa del sida a su madre". Más allá de datos sobre los riesgos de contagio de la enfermedad y las medidas higiénicas que la escolarización que requieren, tan simples como evitar el contacto con la sangre de los seropositivos y en caso de hemorragia limpiar las salpicaduras con lejía diluida en agua, los maestros demandan información sobre cómo educarles para vivir con su enfermedad. "Me gusta estar en contacto con la psiquiatra que le atiende,para conocer su evolución", dice la profesora. Aunque el niño que causó la alarma en Durango en 1986 falleció el pasado mes de marzo, hay otros escolares con sida que van creciendo. El de mayor edad en Euskadi ya es un adolescente de 14 años.

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