El fotógrafo Alfredo Jaar oculta la imagen para mostrar el genocidio de Ruanda

El verismo de las imágenes sobre las matanzas en Ruanda que aparecen en televisión o la prensa ya no parece afectar a la sensibilidad de los ciudadanos. Por ese motivo, el fotógrafo Alfredo Jaar plantea una exposición en la que la ausencia de imágenes explícitas descubre con más intensidad un conflicto que ha generado un millón de muertos. La exhibición Hágase la luz, inscrita en las actividades de la Primavera Fotográfica, se inaugurará el lunes en el Centro de Arte Santa Mónica de Barcelona. en donde podrá visitarse hasta el 7 de junio.

El comisario de Hágase la luz, Vicenç, Altaió, r...

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El verismo de las imágenes sobre las matanzas en Ruanda que aparecen en televisión o la prensa ya no parece afectar a la sensibilidad de los ciudadanos. Por ese motivo, el fotógrafo Alfredo Jaar plantea una exposición en la que la ausencia de imágenes explícitas descubre con más intensidad un conflicto que ha generado un millón de muertos. La exhibición Hágase la luz, inscrita en las actividades de la Primavera Fotográfica, se inaugurará el lunes en el Centro de Arte Santa Mónica de Barcelona. en donde podrá visitarse hasta el 7 de junio.

El comisario de Hágase la luz, Vicenç, Altaió, reflexionaba en voz alta con relación a la obra de Alfredo Jaar. "El Guernica de Picasso se transformó en el resumen visual de una gran tragedia con una imagen nada convencional". El fotógrafo de origen chileno y afincado en Estados Unidos Alfredo Jaar, salvando las distancias, ha seguido el mismo camino. Convencido de que las imágenes, por sangrientas que sean, ya no impactan al espectador, ha escogido una vía que, con un lenguaje innovador y sin muchas concesiones a lo obvio, mantiene- una clara propuesta de reflexión y toma de conciencia ante un conflicto sangriento. El recorrido comienza con una obra compuesta por un conjunto de postales que Jaar enviaba a sus amigos. Se trata de imágenes turísticas y convencionales. En el reverso, en mensaje: "Todavía vive". La frase hacía referencia a personas concretas que Jaar conoció en su recorrido por las tierras de los enfrentados hutus y tutsis. La exhibición continua con un montaje en el que el fotógrafo ha inscrito en varias cajas de luz el nombre de poblaciones en las que murieron de 5.000 a 100.000 personas y que para el espectador suenan a nombres desconocidos.

La siguiente pieza ahonda más en esa idea de no mostrar lo evidente. En un conjunto de cajas negras ha introducido cada una de las 550 fotografías que realizó en Ruanda. En la parte superior de la caja ha inscrito la explicación de las imagen es. "Con esta obra trato de expresar, de una manera ilusoria, que si con la presencia de las imágenes no hemos reaccionado, quizá con su ausencia podría suceder un proceso contrario".

Otra obra presenta las tres únicas fotografías evidentes de la exposición. Junto a cada una de ellas coloca un pequeño plano explicativo que aporta más datos sobre la imagen. Una de ellas muestra un cielo azul recortado por una atractiva nube blanca. Una imagen bellísima si no fuera porque, tras leer la nota adjunta, nos enteramos de que la fotografía fue tomada por Jaar mirando al cielo y rodeado de cadáveres por todas partes.

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