El director argentino Luis Puenzo augura un gran momento para el cine en español

Un ciclo en la Casa de América revisa la obra del autor de "La historia oficial'

Ganador de un Oscar por su película La historia oficial (1984), Luis Puenzo es quizá el director de cine argentino más internacional. Sus otros dos largometrajes importantes son Gringo viejo (1989), protagonizada y producida por Jane Fonda, y La peste (1991). Puenzo señala que el cine argentino vive una especie de renacimiento y que es importante reforzar los lazos de todo el mercado de habla hispana. La Casa de América, en Madrid, dedica esta semana un ciclo a revisar la obra cinematográfica de este autor, con la proyección diaria de una de sus obras a las 19.30.

Luis Puenzo (Buenos Ai...

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Ganador de un Oscar por su película La historia oficial (1984), Luis Puenzo es quizá el director de cine argentino más internacional. Sus otros dos largometrajes importantes son Gringo viejo (1989), protagonizada y producida por Jane Fonda, y La peste (1991). Puenzo señala que el cine argentino vive una especie de renacimiento y que es importante reforzar los lazos de todo el mercado de habla hispana. La Casa de América, en Madrid, dedica esta semana un ciclo a revisar la obra cinematográfica de este autor, con la proyección diaria de una de sus obras a las 19.30.

Luis Puenzo (Buenos Aires, 1946) es uno de los escasos directores latinoamericanos que ha logrado producir y distribuir sus filmes internacionalmente. El reciente éxito del cine de su país en los premios Goya lo lleva a pensar que algo está empezando a funcionar bien en las tan deseadas relaciones del cine en español, a ambas orillas del Atlántico. "Todo hace prever que se están estrechando las relaciones y espero que sigan así", dijo ayer. "Pero esto viene después de unos años en que el cine argentino llegó a su punto más bajo de producción de largometrajes, desde la época del cine mudo".Según Puenzo, ni las dictaduras ni la crisis económica perjudicaron tanto al cine de su país como el acaparamiento de pantallas de las distribuidoras y exhibidoras estadounidenses. "Lograron hacerse con casi el 90%de los cines y simplemente no había dónde proyectar películas de ningún otro país, incluido el nuestro. Llegamos a un nivel bajísimo y entonces empezamos a trabajar, desde la sociedad autoral argentina, con Adolfo Aristarain y otra gente, en una utopía: en una ley de cine".

Después de un año y medio de trabajo la utopía se ha convertido en una realidad, que empieza a dar frutos. "No es una ley perfecta, pero fue la posible", dice hoy Puenzo. "A partir de su puesta en práctica, la producción creció considerablemente en cantidad, con más de 40 películas anuales. Otra de las cosas positivas es que han surgido muchos directores jóvenes, con cortos y largometrajes".

"El cine argentino está en un buen momento. Tenemos unos 8.000 chicos estudiando cine allá y empieza a haber una conciencia de ser una industria". "En lo personal he intentado aventuras algo descabelladas, para que el cine nuestro pudiera verse en otros lados. Casi por supervivencia", dice. De momento Puenzo busca financiación para su nueva utopía. "Hace años escribí un guión con Ettore Scola sobre los años de juventud del Che Guevara, antes de convertirse en El Che. Pero quiero hacerla en castellano y con actores latinoamericanos y sé que es un proyecto bastante caro".

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