El Senado propone que en la selectividad puntúen mas las materias ligadas a la carrera

La objetividad de las calificaciones se reforzará con una doble corrección

La ponencia de reforma de la selectividad el Senado aprobó ayer un dictamen en el que propone una valoración especial de las asignaturas vinculadas a las carreras elegidas. Las demás modificaciones afectan sobre todo a la objetividad de la calificación: doble corrección (o triple, si ambas notas son muy divergentes), expediente de bachillerato con puntuaciones decimales en lugar de calificaciones (sobresaliente o notable, por ejemplo) y definición detallada delos criterios comunes de corrección. El PP propuso el "cupo vocacional", una reserva de plazas para que cada facultad pueda repescar a e...

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La ponencia de reforma de la selectividad el Senado aprobó ayer un dictamen en el que propone una valoración especial de las asignaturas vinculadas a las carreras elegidas. Las demás modificaciones afectan sobre todo a la objetividad de la calificación: doble corrección (o triple, si ambas notas son muy divergentes), expediente de bachillerato con puntuaciones decimales en lugar de calificaciones (sobresaliente o notable, por ejemplo) y definición detallada delos criterios comunes de corrección. El PP propuso el "cupo vocacional", una reserva de plazas para que cada facultad pueda repescar a estudiantes descolgados por unas décimas, pero la medida fue rechazada por el PSOE, CiU y el Grupo Mixto.

La selectividad "orientada a la carrera", consistente en una ponderación especial de asignaturas, permitiría a los alumnos obtener diversas notas de acceso según la carrera que se considere entre su lista de preferencias. Es decir, que las matemáticas le puntuarían más si el estudiante optara por una ingeniería y menos si se decidiera por una filología.Esta medida es generalmente valorada, si bien diversos expertos advierten sobre el riesgo de que la ponderación convierta en marías las materias no directamente relacionadas con los intereses de cada estudiante. Por ejemplo, si un alumno tiene claro que no le interesan las humanidades, podría desentenderse de ellas para concentrarse en las materias científicas. Es decir, la ponderación puede crear asignaturas de primera y de segunda.

La nota de cada examen será el promedio de las asignadas por dos profesores sin contacto entre sí. Si estas calificaciones fueran muy diferentes el ejercicio sería sometido a una tercera corrección. Esta medida ya había- sido considerada por la anterior Administración socialista, pero no llegó a ser implantada salvo en los casos de reclamaciones.

La estructura de la selectividad se mantendrá: el expediente de bachillerato aporta la mitad de la nota y las pruebas la otra mitad. Los exámenes se dividen en dos partes: una de madurez general (lengua, idioma extranjero, y filosofía o historia) y otra de conocimientos específicos (tres de las materias cursadas en 2º de bachillerato o cuatro de las de COU, aún vigente). La ponencia plantea que las pruebas se celebren en tres días (ahora pueden ser de dos a cuatro) con un máximo de cuatro horas por jornada.El dictamen, elaborado tras seis meses de trabajos y consultas con expertos, será enviado a la Comisión de Educación del Senado, que lo hará llegar tras su aprobación al Ministerio de Educación y Cultura, cuya titular, Esperanza Aguirre, se ha remitido reiteradamente a las propuestas del Senado cuando se le ha preguntado por el cambio del sistema de acceso a la universidad. En caso de que el ministerio asuma la iniciativa de la Cámara alta, la reforma no podrá ser aplicada antes de 1999.

Aguirre, que recientemente reinvindicó la capacidad de los políticos para decidir las reformas sin necesidad de ceñirse a las demandas universitarias, rechazó el dictamen sobre el tema elaborado por el Consejo de Universidades, órgano consultivo del ministerio y de coordinación de las universidades.

El Consejo de Universidades también proponía una selectividad más orientada hacia la carrera preferida (mediante la ponderación de asignaturas relacionadas), pero planteaba otras modificaciones sustanciales, especialmente una mayor puntuación de los exámenes (en menoscabo del expediente), la elaboración de dos pruebas (una de homologación del bachillerato y otra de acceso a la universidad) y una diferenciación de los exámenes por bloques de carreras.

Dictamen rechazado

El ministerio rechazó estas proposiciones porque las consideraba demasiado complejas y no facilitaban el acceso a las carreras deseadas por parte de los estudiantes descolgados por sólo unas décimas, uno de los caballos de batalla de Aguirre.

La idea de que las facultades puedan repescar alumnos mediante un segundo examen en septiembre proviene de Andrés Ollero, portavoz de Educación del PP en la pasada legislatura. La implantación de esta medida obligaría a recortar las plazas disponibles en junio, lo que se traduciría inevitablemente en una subida de la nota de corte (calificación del último admitido). Entre las objeciones planteadas ayer por los representantes del PSOE, CiU y el Grupo Mixto destaca la anomalía de que pudiera crearse un sistema de acceso dual, regulado uno por las administraciones educativas y otro por cada facultad.

El líder del Sindicato de Estudiantes, Juan Manuel Municio, calificó las propuestas de "reformas cosméticas" que no resuelven el problema de la falta de plazas. El secretario de Enseñanza de Comisiones Obreras, Fernando Lezcano, también calificó la propuesta de "reforma parcial" que no afecta a la oferta de plazas.

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