Cuestión de géneros
Todos los editores coinciden en que las mujeres leen hoy en España bastante más que los hombres. Algunos estudios incluso revelan una relación 70%-30% a favor del género femenino. Pero sin llegar a las estadísticas basta ser un buen observador cuando se viaja en cualquier transporte público para comprobar que las mujeres devoran los libros mientras los varones hojean, como mucho, algún periódico. También parece indiscutible que ellas se decantan más por la novela y ellos más por el ensayo.Pero la biografía y las memorias, que abarcan un amplísimo abanico de retratistas y de retratados, atraen ...
Todos los editores coinciden en que las mujeres leen hoy en España bastante más que los hombres. Algunos estudios incluso revelan una relación 70%-30% a favor del género femenino. Pero sin llegar a las estadísticas basta ser un buen observador cuando se viaja en cualquier transporte público para comprobar que las mujeres devoran los libros mientras los varones hojean, como mucho, algún periódico. También parece indiscutible que ellas se decantan más por la novela y ellos más por el ensayo.Pero la biografía y las memorias, que abarcan un amplísimo abanico de retratistas y de retratados, atraen al lector por razones muy diversas. "Las mujeres leen de todo", apostilla Manuel Ramírez, de Pretextos, mientras Beatriz de Moura, de Tusquets, comenta: "Podríamos decir que los hombres también leen biografías". En cualquier caso, parece evidente que, si exceptuamos a los novelistas consagrados, los lectores buscan más una buena historia cuando se deciden a comprar narrativa, mientras que en las biografías todo depende del personaje blografiado.
Los especialistas del sector editorial no terminan de ponerse de acuerdo sobre las razones que han llevado a una aplastante hegemonía, de mujeres entre los lectores. A los argumentos clásicos de una mayor afición por la fabulación o a la influencia de las abuelas en la tradición oral se han sumado en las últimas décadas circunstancias como el acceso masivo de las mujeres a las aulas universitarias. Pero lo bien cierto es que se ha abierto una brecha entre las preferencias literarias de ellos y de ellas.