Aznar califica el plan de la FAO de "ambicioso" y Castro de "vergüenza"

El presidente aplaude la solidaridad española y anuncia ayudas

José María Aznar y Fidel Castro expresaron ayer visiones antitéticas de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación que 192 países y miembros de la Organización para la Alimentación y Agricultura (FAO) celebran en Roma. Para el presidente español, el Plan de Urgencia de la citada filial de Naciones Unidas para reducir el número de desnutridos de 840 millones a 400 millones en el año 2015 es ambicioso". El líder cubano afirmó, en cambio, que "estas metas son, por su modestia, una vergüenza".

El contraste casi directo entre Castro y Aznar fue casual. El retraso de casi 24 horas que sufrió la ...

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José María Aznar y Fidel Castro expresaron ayer visiones antitéticas de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación que 192 países y miembros de la Organización para la Alimentación y Agricultura (FAO) celebran en Roma. Para el presidente español, el Plan de Urgencia de la citada filial de Naciones Unidas para reducir el número de desnutridos de 840 millones a 400 millones en el año 2015 es ambicioso". El líder cubano afirmó, en cambio, que "estas metas son, por su modestia, una vergüenza".

El contraste casi directo entre Castro y Aznar fue casual. El retraso de casi 24 horas que sufrió la llegada del cubano a Roma, por razones poco claras, hizo que las intervenciones de ambos líderes fueran, ayer, casi consecutivas. Aznar hizo un discurso sobrio y liberal; Castro, con el mayor aplauso de la platea, pronunció una proclama apasionada y anticapitalista.El presidente español señaló cuatro causas de que el hambre y la desnutrición, "que constituyen ultrajes a la dignidad humana", sigan "presentes en amplias zonas y grupos sociales de la Tierra". Se trata de "la escasez de alimentos, la pobreza, las catástrofes naturales o la excesiva desigualdad de la renta disponible", además de "los conflictos locales y regionales".

Para el líder cubano, "el hambre es hija de la desigual distribución de las riquezas". Han contribuido a su génesis el colonialismo y "la hiriente opulencia y el derroche de las sociedades de consumo de las antiguas metrópolis que sumieron en la explotación a gran parte de los países de la Tierra". "Son el capitalismo, el neoliberalismo, las leyes de un mercado salvaje, la deuda externa, el subdesarrollo, el intercambio desigual, los que matan a tantas personas en el mundo", dijo Castro.

Según Aznar, la única esperanza es "la colaboración de todos los países para ayudar a los menos desarrollados", en un esfuerzo coordinado por la FAO. Pero "a nivel nacional", añadió, "todos los Estados tienen la responsabilidad de crear las condiciones que permitan una adecuada gestión y utilización de los recursos, una disminución de las pérdidas en la cadena de producción, y todo ello en una forma sostenible a largo plazo".

"¿Qué curas de mercuriocromo vamos a aplicar para que dentro de 20 años haya 400 millones en vez de 800 millones de hambrientos?", se preguntó Castro, antes de pedir que "reine la verdad y no la hipocresía y la mentira", y antes de lanzar una avalancha de interrogantes sobre la asamblea: "¿Por qué se invierten 700.000 millones de dólares cada año en gastos militares? ¿Por qué la producción de armas cada vez más sofisticadas desde que concluyó la guerra fría? ¿Para qué se quieren esas armas sino para dominar el mundo? ¿Por qué sumar a todo esto políticas criminales, bloqueos absurdos que incluyen alimentos y medicinas. para matar de hambre y enfermedades a pueblos enteros? ¿Dónde está la ética, la justificación, el respeto a los derechos humanos más elementales, el sentido de tales políticas?".

José María Aznar, que dijo en su intervención que "el alimento no puede ser un arma política", comentó en una rueda de prensa posterior que "efectivamente es una vergüenza que haya 850 millones de pobres, eso no lo niega nadie con sentido común", pero que, como nadie ha podido formular un plan capaz de reducir esa cifra a cero, entiende que el plan de la FAO para reducirla a la mitad en 20 años reduce también a la mitad la vergüenza.

El presidente español se mostró, además, especialmente satisfecho por que en la declaración de la cumbre se hable de "democracia, derechos humanos y pluralismo", y afirmó que los problemas de algunos países "no se deben a la injusticia global del mundo, sino a la falta de acierto de sus Gobiernos".

"España es el octavo contribuyente a la FAO y acabamos de aprobar una ayuda de 1. 500 millones de pesetas", añadió. "Creo que las manifestaciones desde el punto de vista de la solidaridad son tan apabullantes que es difícil encontrar un caso similar en el mundo, y esto es algo de lo que tenemos que estar orgullosos".

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