EE UU pide un alto el fuego para actuar

Una vez que EE UU anunció el miércoles su decisión de participar en la fuerza multinacional para socorrer al millón de refugiados del este de Zaire, los Gobiernos y estados mayores de las principales potencias comenzaron ayer a concretar los planes de la operación militar, una intervención que se presenta preñada de dificultades logísticas y políticas. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas trataba anoche de coordinar todos estos planes a fin de aprobar hoy mismo, como desea el secretario general Butros Butros-Gali, la intervención a llevar a cabo la próxima semana. Aclarada la disposi...

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Una vez que EE UU anunció el miércoles su decisión de participar en la fuerza multinacional para socorrer al millón de refugiados del este de Zaire, los Gobiernos y estados mayores de las principales potencias comenzaron ayer a concretar los planes de la operación militar, una intervención que se presenta preñada de dificultades logísticas y políticas. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas trataba anoche de coordinar todos estos planes a fin de aprobar hoy mismo, como desea el secretario general Butros Butros-Gali, la intervención a llevar a cabo la próxima semana. Aclarada la disposición norteamericana, lo único que podía retrasar la decisión eran las habituales reservas de China y Rusia al uso del artículo 7 de la Carta de la ONU, que ampara el uso de la fuerza para realizar una misión, y las previsiones de calendario. EE UU ha advertido que sus soldados estarían cuatro meses, pero los canadienses creen que hay que pensar en seis.

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William Perry, secretario de Defensa de EE UU, reiteró ayer que los, soldados norteamericanos que participarán en la fuerza -1.000 se encargarán de la seguridad del aeropuerto de Goma (Zaire) y otros 4.000 se desplegarán en los países vecinos- irán equipados para defenderse y no para entrar en operaciones de combate ni para desarmar a las facciones rivales. De hecho, Washington desearía que antes del despliegue multinacional hubiera un alto el fuego sobre el terreno.

Con la intención de evitar que se repita el desbarajuste de Somalia de 1993, cuando 18 soldados norteamericanos murieron al tratar de desarmar a los grupos paramilitares en Mogadiscio, el secretario de Defensa de EE UU aseguró que las tropas norteamericanas no se despegarán en ningún momento de su misión humanitaria y recordó la necesidad de contar con la cooperación de los países de la zona para evitar malentendidos: "No estamos planeando una misión de entrada en el conflicto para desarmar a las facciones o separar a los militares, de los refugiados".

El Gobierno de Canadá" -cuya propuesta de intervención prevé una fuerza de 10.000 hombres que no altere el equilibrio militar de la región- confirmó que el general Maurice Baril estará al frente de la operación, con cuartel general en Goma. Baril, de 52 años,. es jefe del Ejército de Tierra de Canadá, adquirió experiencia de trabajo con cascos azules en una misión de paz en Chipre y ha sido asesor de Butros Gali.

El Ministerio de Exteriores francés propuso ayer que Baril cuente con tres comandantes adjuntos, uno europeo, otro norteamericano y otro africano. Francia ha asegurado que está preparada para enviar entre 1.500 y 2.000 soldados, incluyendo 600 paracaidistas que pueden ser movilizados en 24 horas tras la luz verde de la ONU.

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Suráfrica, otro de los países comprometidos con la misión, afirmó ayer "no está preparada para enviar tropas para librar una guerra en Zaire".

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