Querejeta: "No denuncio ni tomo partido por nada"

"No denuncio nada, ni tomo partido por nada. Puede que resulte fría y distante, pero pensaba que era la única manera de abordar esta historia de amor", confesó ayer Gracia Querejeta, madrileña de 34 años, en la presentación de El último viaje de Robert Rylands, una película inspira da en la novela de Javier Marías Todas las almas, de la que finalmente sólo ha quedado un clima y una ciudad, Oxford (Reino Unido). El guión ha sido escrito por la propia directora y su padre, el productor Elías Querejeta, a lo largo de tres años."Nos agarramos a la novela y comenzamos a trabajar muy p...

"No denuncio nada, ni tomo partido por nada. Puede que resulte fría y distante, pero pensaba que era la única manera de abordar esta historia de amor", confesó ayer Gracia Querejeta, madrileña de 34 años, en la presentación de El último viaje de Robert Rylands, una película inspira da en la novela de Javier Marías Todas las almas, de la que finalmente sólo ha quedado un clima y una ciudad, Oxford (Reino Unido). El guión ha sido escrito por la propia directora y su padre, el productor Elías Querejeta, a lo largo de tres años."Nos agarramos a la novela y comenzamos a trabajar muy pegados a ella, pero poco a poco nos fuimos alejando", señaló Gracia Querejeta. Rodada en inglés, en Oxford, con actores británicos (Ben Cross, William Franklin y Cathy Underwood) y el español Gary Piquer, El último viaje de Robert Rylands es una historia de amor entre dos hombres, la de una mujer que se interpuso entre los dos, la de una niña que desconoce a su padre y la de un estudiante español que entra en sus vidas. Debajo, latente, la de una enfermedad incurable y la eutanasia. "No hay ningún tema por duro que sea que no hayamos tratado, pero teníamos muy claro que la película no iba a servir para denunciar ninguna situación".

Los actores del filme, presentes ayer en San Sebastián, destacaron el empeño de Gracia Querejeta en que no interpretaran. William Franklin, un actor británico de carrera teatral, confesó: "A pesar de que soy muy mayor y la directora muy joven, he aprendido una cosa en esta película, a no actuar". Algo que también compartió Gary Piquer, de padre español y madre escocesa, que señaló no reconocerse en el filme. "Yo, que tiendo a la sobreactuación, me alegro de haber trabajado con Gracia porque me ha enseñado a no interpretar".