Tocar la gloria
José Menese parece haberse recuperado por completo de los graves problemas físicos de no lejana fecha. Su cante es fresco, vigoroso, y oyéndole nos olvidamos de todo lo que no sea la belleza de esa voz que hoy podemos volver a llamar terrible. José cantó con grandeza, jondamente, echándole corazón y sabiduría.En algunos estilos -la petenera, la soleá, la siguiriya, la toná-, Menese rozó magnitudes de esplendor. Se entregó de todo corazón. El Güito y Enrique de Melchor, que colaboraron en el homenaje, le mimaron literalmente, no sólo con su actitud sino con su arte.
Noche redonda, pues, ...
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José Menese parece haberse recuperado por completo de los graves problemas físicos de no lejana fecha. Su cante es fresco, vigoroso, y oyéndole nos olvidamos de todo lo que no sea la belleza de esa voz que hoy podemos volver a llamar terrible. José cantó con grandeza, jondamente, echándole corazón y sabiduría.En algunos estilos -la petenera, la soleá, la siguiriya, la toná-, Menese rozó magnitudes de esplendor. Se entregó de todo corazón. El Güito y Enrique de Melchor, que colaboraron en el homenaje, le mimaron literalmente, no sólo con su actitud sino con su arte.
Noche redonda, pues, en todos los aspectos. Eduardo Serrano El Güito bailó como en él es habitual, con suprema elegancia, con sobriedad, con exquisito gusto. Enrique de Melchor supo estar a la altura, con el toque maestro de su guitarra.
Recital extraordinario homenaje a José Menese
Cante: José Menese. Toque: Enrique de Melchor. Baile: Eduardo Serrano El Güito. Auditorio Nacional de Música, 31 de mayo.
Cantaor, guitarrista y bailaor completaron así un triángulo de oro del arte jondo.