EE UU inicia el impulso final al proyecto Genoma Humano con plantas robotizadas

Los recientes avances pemiten pensar en conocer todos los genes en el 2005

El Centro Nacional para el Proyecto Genoma Humano de Estados Unidos anunció ayer la puesta en marcha de la tercera, fase del proyecto, con un programa piloto para secuenciar a gran escala, con plantas robotizadas al estilo de las surgidas en Francia y en el sector privado estadounidense. El programa, en el que intervienen seis centros públicos estadounidenses, intentará secuenciar un 3% del genoma humano en dos años con vistas a tener todo el genoma en el 2005. Japón es el mayor propietario de las secuencias genéticas patentadas, según un reciente estudio.

Se cree que existen 100.000 ge...

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El Centro Nacional para el Proyecto Genoma Humano de Estados Unidos anunció ayer la puesta en marcha de la tercera, fase del proyecto, con un programa piloto para secuenciar a gran escala, con plantas robotizadas al estilo de las surgidas en Francia y en el sector privado estadounidense. El programa, en el que intervienen seis centros públicos estadounidenses, intentará secuenciar un 3% del genoma humano en dos años con vistas a tener todo el genoma en el 2005. Japón es el mayor propietario de las secuencias genéticas patentadas, según un reciente estudio.

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Se cree que existen 100.000 genes en el genoma humano. En Estados Unidos, el Centro Nacional para la Investigación del Genoma Humano, de los Institutos Nacionales de la Salud, y el Departamento de Energía comparten la financiación pública del proyecto Genoma Humano. El trabajo, sin embargo, se ha convertido en un esfuerzo internacional, aunque poco estructurado, en el que, tras EE UU, Japón y Europa (y en Europa, Francia), están a la cabeza.Los esfuerzos públicos se han ido quedando atrás en los últimos años ante el desarrollo de instituciones sin ánimo de lucro o empresas que ven en el genoma el sueño de acabar con numerosas enfermedades hereditarias o incluso el cáncer, o una mina comercial. Con este anuncio, Francis Collins, director del centro citado, pretende recuperar el impulso público del proyecto en Estados Unidos y también cortar las alas en cierta forma a los franceses.

Conocer el genoma humano, formado por una larga cadena de 3.000 millones de pares de bases químicas o nucleótidos, de los cuales sólo un 3% cumple una función (son los genes) es un esfuerzo que comprende varios objetivos: mapas genéticos y físicos, conocer el orden de las bases (secuenciación) e identificar los genes que existen en ellas y su función (la proteína cuya producción gobiernan). Además se hacen en paralelo estudios de genomas más simples como los de bacterias, nematodos, insectos o ratones. Todo ello con una automatización progresiva, de la mano de robots y ordenadores.

El ratón

El pasado 14 de marzo, la revista Nature publicó los últimos resultados: mapas genéticos del ratón y del hombre, hitos imprescindibles para conseguir el objetivo final, realizados por una institución estadounidense y otra francesa.

La propiedad de las secuencias genéticas identificadas en el curso del proyecto Genoma Humano se ha convertido en uno de los temas más polémicos del proyecto. En Estados Unidos, la postura oficial actual es alentar a los científicos a compartir rápidamente los hallazgos, especialmente los relacionados con genes causantes de enfermedad y a desalentar la petición de patentes sobre secuencias. Aunque algunos científicos ponen en duda la utilidad de secuenciar todo el genoma, Collins insiste en la conveniencia de disponer de toda la información sobre el ADN en vez de centrarse en genes de interés terapeútico, objetivo actual de las empresas.

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