Vicent y Vázquez Montalbán apadrinan a los dos noveles del Nadal

"Los contratos basura están alumbrando una nueva generación de autores airados", señaló Manuel Vicent, elegido padrino del ganador del Premio Nadal de este año, Pedro Maestre, autor de la novela Matando dinosaurios con tirachinas, que se presentó ayer en Madrid, junto a la finalista Arde lo que será, de Juana Salabert, de la que se ocupó Manuel Vázquez Montalbán; ambos dieron la alternativa a los dos autores noveles.Noveles y jóvenes, además, lo que le permitió a Andreu Teixidor, el editor de Destino, hablar del "cuento de hadas" vivido en la última noche de Reyes; lo que ...

"Los contratos basura están alumbrando una nueva generación de autores airados", señaló Manuel Vicent, elegido padrino del ganador del Premio Nadal de este año, Pedro Maestre, autor de la novela Matando dinosaurios con tirachinas, que se presentó ayer en Madrid, junto a la finalista Arde lo que será, de Juana Salabert, de la que se ocupó Manuel Vázquez Montalbán; ambos dieron la alternativa a los dos autores noveles.Noveles y jóvenes, además, lo que le permitió a Andreu Teixidor, el editor de Destino, hablar del "cuento de hadas" vivido en la última noche de Reyes; lo que decía mucho, además, agregó, sobre la seriedad y el olfato de un jurado que no sólo se fijó en la juventud de los premiados, sino sobre todo en la calidad literaria de ambos. Para Vázquez Montalbán, Juana Salabert muestra ya "un excelente nivel escritor, e o mejor que yo he leido en autores jóvenes". Su novela habla de identidades y de memorias, de "esa memoria llena de sombras de las guerras que nos han hecho tal como somos".

Para Manuel Vicent "los contratos basura están alumbrando toda una nueva generación de autores airados", lo que no tiene que sorprender puesto que "el arte nace del hastío": y de Pedro Maestre , el autor de la novela que no sólo comentó sino que, además, elogió, dijo que "más que un joven airado tiene pinta de monje tibetano", pero con arma o con maneras suaves de espiritualismo oriental; lo cierto es que Maestre, en su monólogo entrecortado (el que escribió y ganó el premio), "analiza el latido del tiempo de las cosas cotidianas, cómo la sangre fluye por las horas y los días". Y Vicent, si había errado en el aspecto físico del ganador, no erró en su apreciación final: "Estamos ante un nuevo escritor". Uno, ganador; otro, finalista, corroboraría Montalbán.