Querer y no poder

Hasta 1990 la Universidad de Santiago fue también la de toda Galicia. Ese año, las presiones localistas -apoyadas por masivas manifestaciones populares- decidieron a la Xunta, con el apoyo unánime del Parlamento autonómico, a autorizar la creación de dos nuevas universidades, la de Vigo, con tres campus divididos entre esta ciudad, Pontevedra y Orense, y la de La Coruña, con un segundo campus en Ferrol.

Las necesidades de financiación de esta nueva estructura académica no siempre fueron bien cubiertas. Hace dos años, el anterior rector de Santiago, Ramón Villares, en u...

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Hasta 1990 la Universidad de Santiago fue también la de toda Galicia. Ese año, las presiones localistas -apoyadas por masivas manifestaciones populares- decidieron a la Xunta, con el apoyo unánime del Parlamento autonómico, a autorizar la creación de dos nuevas universidades, la de Vigo, con tres campus divididos entre esta ciudad, Pontevedra y Orense, y la de La Coruña, con un segundo campus en Ferrol.

Las necesidades de financiación de esta nueva estructura académica no siempre fueron bien cubiertas. Hace dos años, el anterior rector de Santiago, Ramón Villares, en un gesto sin precedentes, llegó a cerrar la Universidad por un día en demanda de mayores recursos económicos de la Xunta. Aunque hasta ahora Villanueva no ha tenido encontronazos públicos con el Gobierno de Manuel Fraga, admite que "sigue habiendo tensiones" por el reparto de los presupuestos.

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Lo ejemplifica de un modo sencillo: "si a una familia que tiene un hijo le llegan de repente gemelos, no puede alimentarlos a costa de quitarle comida al otro niño. Con todo, Villanueva insiste en que las relaciones con La Coruña y Vigo son buenas y que la creación de ambas universidades era necesaria para evitar la saturación en Santiago. A su juicio, el problema tiene en realidad una dimensión nacional, ya que los recursos que se dedican, a la Universidad son aún muy escasos en comparación con la media de los países de la OCDE. "Trabajar en la Universidad siempre es un querer y no poder", confiesa Villanueva, "nunca hay soporte financiero para todas las ideas y proyectos".Dentro de la propia institución académica, muchos piensan que tal vez sean demasiados los comensales para el tamaño de la tarta. "Podrían existir hasta siete universidades en Galicia, una por cada campus actual, siempre que no se malgastasen los recursos", apunta un miembro de la Junta de Gobierno de Santiago, adscrito al sector nacionalista, opuesto a Villanueva. "Lo que no es normal es que haya titulaciones que se impartan por cuadriplicado. Tendría que haber mucha más coordinación". Entre parte del personal universitario existe el convencimiento de que, con el tiempo, también el campus de Lugo podría acabar segregándose, a poco que presionen los políticos locales. En todo caso, para el V Centenario los organizadores han escogido un lema de ámbito autonómico, tal vez en un intento de resaltar que Santiago sigue siendo la primera universidad gallega: "Gallaecia fulget" (Galicia brilla), tomado de una inscripción de un friso de piedra del palacio de Fonseca que data del siglo XVI.

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