GUERRA EN LOS BALCANES

La familia del capitán Romero pide "sensatez" a quienes lo tienen cautivo

Elena Orta Carballar, de 29 años, está deshecha de los nervios. Anoche se fue a casa de su hermana para no tener que oír sonar continuamente el teléfono de casa de sus padres, en el barrio de Los Remedios de Sevilla, para no tener que oír o dar noticias de su marido, el capitán José Antonio Romero Huelin, el observador español de Naciones Unidas retenido por los serbios de Bosnia. Quien esto explica es su madre, la suegra del capitán Romero, que añade: "Lo único que esperamos es sensatez en quienes lo tengan en sus manos y en todas las partes, para que no le pase nada".Elena se fue enterando p...

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Elena Orta Carballar, de 29 años, está deshecha de los nervios. Anoche se fue a casa de su hermana para no tener que oír sonar continuamente el teléfono de casa de sus padres, en el barrio de Los Remedios de Sevilla, para no tener que oír o dar noticias de su marido, el capitán José Antonio Romero Huelin, el observador español de Naciones Unidas retenido por los serbios de Bosnia. Quien esto explica es su madre, la suegra del capitán Romero, que añade: "Lo único que esperamos es sensatez en quienes lo tengan en sus manos y en todas las partes, para que no le pase nada".Elena se fue enterando poco a poco de la mala noticia. Por la mañana había estado trabajando normalmente. Por la tarde llegó a su casa y no se extrañó de que su madre tuviera el teléfono descolgado. "Queríamos evitarle esas horas de sufrimiento y, angustia hasta que se supiera de verdad si él era uno de los retenidos".

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"Nosotros ya sabíamos", explica la suegra del militar, "que había gente retenida en Bosnia. Pero no sabíamos que uno era él. A medida que avanzaba la tarde supimos por los medios de comunicación que había un capitán español y sobre las siete de la tarde nos enteramos oficialmente de que José Antonio estaba retenido". "No sé por qué", añade, "pero hubo un momento en el que supimos que nos había tocado la china".

Según la señora Carballar, Defensa intentó ponerse en contacto con la familia pero no pudo hacerlo porque el teléfono estaba descolgado. Ya bien avanzada la tarde, una hermana de capitán viajó a Sevilla para darle a Elena la terrible noticia.

El joven capitán español, de 29 años, es profesor de la Escuela de Aplicación de San Fernando. "Mi yerno es un militar al 100%, un militar vocacional", confesaba su suegra, que no quiso dar su nombre de pila. El capitán reside habitualmente en El Puerto de Santa María, donde todavía anoche un contestador automático con su voz solicitaba un mensaje.

"Mi hija Elena y él se conocieron a caballo entre Sanlúcar de Barrameda y Sevilla. José Antonio nació en Sevilla pero se crió en Sanlúcar, donde viven ahora sus padres". Romero, el segundo de cuatro hermanos (dos chicas y dos chicos), y su esposa, ambos de la misma edad, se conocen desde hace muchos años. Todavía no tienen hijos.

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Elena sigue trabajando en Sevilla -"tiene aquí un trabajo desde hace muchos años y aún no ha podido trasladarse a El Puerto"- mientras su esposo da clases en la escuela de San Fernando. "Ya tenía, desde hace mucho tiempo, la idea de irse a Bosnia. Lo había pedido y finalmente se fue voluntario, y siempre se sabe que en una guerra estas cosas pueden ocurrir", añade su suegra.

Los respectivos padres de Elena y José Antonio ya se pusieron ayer en contacto para comunicarse su amargura. "Imagínate como estamos todos, destrozados, hechos polvo, con un agobio que no nos llega la camisa al cuerpo", explicaban en la casa sevillana.

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