En dos páginas
de reportaje sobre los problemas del puerto pesquero de Vigo (EL PAÍS, 16 de abril de 1995) se leen las citas de armadores, pescadores, estibadores, burócratas y de más interesados, todos lamentando lo mal que se encuentra la industria. Nadie parece estar preparado a aceptar y resolver el factor principal de lo que es un problema para todo el planeta: el 70% de los caladeros mundiales está en proceso de extinción.Lo ha dicho todo la comisaria de Pesca de la UE, Emma Bonino: "Hay demasiados pescadores para pocos peces". El acuerdo sobre pesca entre la UE y Canadá, según esta señora, supone defe...
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de reportaje sobre los problemas del puerto pesquero de Vigo (EL PAÍS, 16 de abril de 1995) se leen las citas de armadores, pescadores, estibadores, burócratas y de más interesados, todos lamentando lo mal que se encuentra la industria. Nadie parece estar preparado a aceptar y resolver el factor principal de lo que es un problema para todo el planeta: el 70% de los caladeros mundiales está en proceso de extinción.Lo ha dicho todo la comisaria de Pesca de la UE, Emma Bonino: "Hay demasiados pescadores para pocos peces". El acuerdo sobre pesca entre la UE y Canadá, según esta señora, supone defender el "interés de las generaciones futuras de pescadores". Aquí no hay ángeles ni pecadoras: todas. las partes han defiendido argumentos irracionales. Al final, cuando escasean las proteínas marítimas y suben los precios, el sufridor principal -otra vez- será el consumidor.-