El escritor Salman Rushdie denuncia en París el "cinismo" de los políticos.

El escritor Salman Rushdie denunció ayer en el XV Salón del Libro de París "el cinismo de los políticos que, al mismo tiempo que hablan de los derechos humanos y de la libertad de expresión, siguen manteniendo relaciones con Irán". Simultáneamente, como si quisieran darle la razón, Alain Juppé, ministro francés de Exteriores, se refirió a Rushdie como "el hombre que lleva el estandarte de la lucha contra la intolerancia"; Jacques Chirac saludó "la fidelidad de un hombre a sus ideas y la fuerza de sus convicciones, que le llevan a poner en peligro la propia vida", y el primer ministro, Edouard ...

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El escritor Salman Rushdie denunció ayer en el XV Salón del Libro de París "el cinismo de los políticos que, al mismo tiempo que hablan de los derechos humanos y de la libertad de expresión, siguen manteniendo relaciones con Irán". Simultáneamente, como si quisieran darle la razón, Alain Juppé, ministro francés de Exteriores, se refirió a Rushdie como "el hombre que lleva el estandarte de la lucha contra la intolerancia"; Jacques Chirac saludó "la fidelidad de un hombre a sus ideas y la fuerza de sus convicciones, que le llevan a poner en peligro la propia vida", y el primer ministro, Edouard Balladur, le vió como "el hombre para el cual la libertad intelectual constituye un valor fundamental".Rushdie, que espera publicar antes de un mes El último suspiro del muerto, participó en un debate consagrado a Los escritores en peligro. Pero si el despliegue de fuerzas de seguridad que acompañó al escritor perseguido por la fatwa de Jomeini fue impresionante, no impidió que se desarrollaran los otros debates previstos. Cristina Fernández Cubas, Arturo Pérez-Reverte y Manuel Vázquez Montalbán, los tres traducidos con gran éxito al francés, defendieron la libertad suprema del narrador, del creador de historias, mientras Blanca Andreu, Juan Carlos Surien y Ana María Moix debatían sobre Las nuevas sensibilidades en la poesía española.

Los poetas tuvieron el mérito de mostrar, en palabras de Moix, que "el único debate o polémica cultural que hay en estos momentos en España es el de la poesía". Según ella, "el enfrentamiento entre corrientes que vive la poesía es parecido al desvelado hace pocos meses en el mundo de la pintura y que contrapone una idea prosaica de realismo a otra que defiende que el arte debe ocuparse de lo que se esconde detrás de la convención o de la fotografía llamada realidad".

Blanca Andreu se manifestó contraria a quiénes imponían la llamada "poesía de la experiencia" como única posible y echó en falta un movimiento, semejante al de la Nova Cançó, que ayude a la popularización y comprensión de la poesía.

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