Todo cambió al aparecer la 'Garota'

El 18 de marzo de 1963, una reunión aparentemente sin mayor trascendencia iba a convulsionar el mundo de la música popular: en un estudio neoyorquino, un saxofonista de jazz, un cantante y guitarrista brasileño, su esposa y un joven compositor, también brasileño, grababan una serie de canciones con una, en ese momento, sorprendente fusión de jazz y ritmos brasileños. Stan Getz, Joâo y Astrud Gilberto y Antonio Carlos Jobini dejaban para la posteridad la más, célebre versión de Garota de Ipanema; la bossa nova acababa de tomar carta de grandeza, encaramándose inmediatamente a las listas ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El 18 de marzo de 1963, una reunión aparentemente sin mayor trascendencia iba a convulsionar el mundo de la música popular: en un estudio neoyorquino, un saxofonista de jazz, un cantante y guitarrista brasileño, su esposa y un joven compositor, también brasileño, grababan una serie de canciones con una, en ese momento, sorprendente fusión de jazz y ritmos brasileños. Stan Getz, Joâo y Astrud Gilberto y Antonio Carlos Jobini dejaban para la posteridad la más, célebre versión de Garota de Ipanema; la bossa nova acababa de tomar carta de grandeza, encaramándose inmediatamente a las listas de ventas de medio mundo.Nada iba a ser ya igual: La chica de Ipanema se había apoderado de muchos corazones y aún nadie ha podido olvidarla.

Más información

El disco, editado a nombre de Getz y Gilberto, estuvo 96 semanas en las listas de ventas norteamericanas y no llegó a alcanzar el número 1 sólo por la dura batalla planteada. (eran los primeros meses de 1964) por los Beatles. Cinco de las siete canciones del álbum. estaban escritas por un frágil y aún tímido compositor de Río de Janeiro: Antonio Carlos Jobim, al que sus amigos (es decir, todo Brasil) conocían como Tom Jobim

La bossa nova no había nacido en ese estudio de grabación neoyorquino ni había sido inventada por Jobim (o tal vez sí, quién sabe), pero en ese momento todo el mundo se dio cuenta de su existencia y quedó atrapado por su fina tela de araña. La bossa nova parecía simplemente una moda que se consumiría con la rapidez de todas las modas, pero su estela ha durado hasta la actualidad, demostrando el error de tal afirmación y la trascendencia de un ritmo ondulante y pegajoso, pero nada banal. Tom Jobim fue el mayor responsable de esa trascendencia.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En