Una exposición literaria

A la entrada de la exposición de los 30 años de Alfaguara que se clausuró anoche en el Círculo de Bellas Artes había una foto de los hermanos Cela reunidos con el jurado que dio el primer premio Alfaguara a Las corrupciones, de Jesús Torbado; enfrente otra foto reunía a Juan Benet y a Juan García Hortelano en la presentación de uno de los libros que fueron editados en la etapa de Jaime Salinas; en otra vitrina estaban las primeras novedades publicadas en los tiempos de José María Guelbenzu y de Felisa Ramos; y en otras estanterías figuraban portadas, libros y recuerdos de los sucesi...

A la entrada de la exposición de los 30 años de Alfaguara que se clausuró anoche en el Círculo de Bellas Artes había una foto de los hermanos Cela reunidos con el jurado que dio el primer premio Alfaguara a Las corrupciones, de Jesús Torbado; enfrente otra foto reunía a Juan Benet y a Juan García Hortelano en la presentación de uno de los libros que fueron editados en la etapa de Jaime Salinas; en otra vitrina estaban las primeras novedades publicadas en los tiempos de José María Guelbenzu y de Felisa Ramos; y en otras estanterías figuraban portadas, libros y recuerdos de los sucesivos tiempos dirigidos por Luis Suñén y Manuel Rodríguez Rivero y por Guillermo Shavelzon, hasta llegar a la etapa actual.

Manuel Vicent supone, para la editorial, la continuidad con la primera etapa de Alfaguara. Después del premio concedido a Torbado, Vicent obtuvo el premio Alfaguara con Pascua y naranjas, una novela que, como él dijo anoche, no querría jamás leer en público; Héctor Vázquez Azpiri, el tercero de los premios de Alfaguara, también estaba anoche con Vicent y con Torbado para conmemorar aquellos inicios, que ocurrieron justamente en el otoño de hace 30 años, y en el que estuvieron acompañados, en su día, por escritores como Daniel Sueiro, Emilio Vera, Isaac Montero y Luis Berenguer.