El apetito y la obesidad patológica tienen clave genetica

Hallado un mecanismo de control de la grasa en el cuerpo

La sensación de apetito o de saciedad y la obesidad patológica dependen de un complejo sistema. de regulación de la grasa y la clave parece estar en un gen descubierto en ratones por un equipo estadounidense que publica hoy los resultados en la revista Nature. También han identificado ya el gen homólogo en humanos.El gen hallado por Jeffrey M. Friedman, de la Universidad Rockefeller (Nueva York), y sus colegas contiene las instrucción para producir una proteína secretada en la sangre por el tejido graso. Esta sería la señal que regula la grasa que hay en el cuerpo.

La historia de este d...

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La sensación de apetito o de saciedad y la obesidad patológica dependen de un complejo sistema. de regulación de la grasa y la clave parece estar en un gen descubierto en ratones por un equipo estadounidense que publica hoy los resultados en la revista Nature. También han identificado ya el gen homólogo en humanos.El gen hallado por Jeffrey M. Friedman, de la Universidad Rockefeller (Nueva York), y sus colegas contiene las instrucción para producir una proteína secretada en la sangre por el tejido graso. Esta sería la señal que regula la grasa que hay en el cuerpo.

La historia de este descubrimiento se remonta a 1950, cuando se describió un defecto hereditario en ratones implicado en la susceptibilidad de padecer obesidad patológica. Los experimentos parecían indicar que los ratones con esta mutación padecían deficiencia de una hormona en la sangre con efectos específicos sobre la regulación del apetito. Pero nada se sabía hasta ahora de la base molecular de ese mecanismo.

Una vez en la sangre, la proteína llegaría al hipotálamo -en el cerebro- donde está localizado el regulador del apetito para mantener una cantidad constante de grasa en el cuerpo equilibrando la sensación de hambre con el gasto energético. El hipotálamo haría los ajustes necesarios en función de la señal de la proteína recibida en cada momento: si es muy alta, aumentaría el consumo de energia para quemar el exceso de grasa y reducir la señal; si es muy baja provocaría la sensación de hambre para reponer grasa.

Cualquier defecto en esas proteínas y el hipotálamo no recibiría la señal -independientemente de la cantidad de grasa presente en el cuerpo- y se produciría una acumulación excesiva de la misma. Al identificar el gen humano implicado se abre la vía para encontrar en el hipotálamo los receptores de la proteína a los que se une. Asi se podrían diseñar medicamentos para estimular esos receptores en personas con deficiencia de la proteína natural y controlar su apetito.

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