Hallan unos restos en Segovia que pueden ser los de Blanca I de Navarra

, Los restos humanos encontrados al realizar unas obras en el presbiterio de la capilla mayor de la iglesia de Nuestra Señora de la Soterraña, en Santa María la Real de Nieva (Segovia), pueden corresponder a la reina Blanca I de Navarra, que, según varios historiadores, sufrió una muerte repentina, el 1 de abril de 1441, cuando contaba 56 años de edad, mientras asistía a una romería mariana en esta localidad.

A expensas de lo que puedan determinar los estudios científicos de los restos, varios expertos sostienen que se trata efectivamente de Blanca I de Navarra, primera esposa de Juan I...

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, Los restos humanos encontrados al realizar unas obras en el presbiterio de la capilla mayor de la iglesia de Nuestra Señora de la Soterraña, en Santa María la Real de Nieva (Segovia), pueden corresponder a la reina Blanca I de Navarra, que, según varios historiadores, sufrió una muerte repentina, el 1 de abril de 1441, cuando contaba 56 años de edad, mientras asistía a una romería mariana en esta localidad.

A expensas de lo que puedan determinar los estudios científicos de los restos, varios expertos sostienen que se trata efectivamente de Blanca I de Navarra, primera esposa de Juan II de Aragón, padre del rey Fernando el Católico, que, contra los deseos expresados en el testamento de su hija Leonor, no habrían sido trasladados al monasterio navarro de Uxúe.

Según el alcalde de Santa María de Nieva, Eusebio García, está demostrado que esta reina fue enterrada en Santa María de Nieva en presencia de su esposo y del rey Enrique IV, pero falta por comprobar si sus restos fueron trasladados a Navarra o han permanecido allí. Lo cierto es que, en opinión del alcalde, no hay memoria histórica ni oral de la existencia de un arco gótico, descubierto en el desarrollo de estas obras, junto al que aparecieron los restos, al lado de la epístola, a la derecha del altar mayor.

García señaló que los obreros comprobaron que cerrando el presbiterio había unos azulejos del siglo XVIII o principios del XIX, que se encontraban flojos, por lo que fueron desmontados para limpiarlos y recolocarlos. La sorpresa vino cuando al quitarlos apareció una pequeña puerta gótica, un muro hueco y detrás una escalera de caracol que sube hasta una terraza, donde apareció un nuevo arco gótico y, en su base, a un metro de profundidad, entre cal, los mencionados restos humanos.

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