Cautela en España

Organizaciones de protección al consumidor españolas como la UCE temen que en este caso las autoridades alemanas estén utilizando una legislación, ciertamente avanzada en cuanto a la defensa del consumidor para, en realidad, ejercer un proteccionismo indirecto de su cabaña vacuna, y por ello hacen un llamamiento para evitar cualquier alarmismo.Una vez más, según estas organizaciones, la delantera que algunos países europeos del norte llevan a los del sur, que amenaza con consolidar una Europa a dos velocidades, puede convertirse en un arma de doble filo, en manos de los empresarios, con...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Organizaciones de protección al consumidor españolas como la UCE temen que en este caso las autoridades alemanas estén utilizando una legislación, ciertamente avanzada en cuanto a la defensa del consumidor para, en realidad, ejercer un proteccionismo indirecto de su cabaña vacuna, y por ello hacen un llamamiento para evitar cualquier alarmismo.Una vez más, según estas organizaciones, la delantera que algunos países europeos del norte llevan a los del sur, que amenaza con consolidar una Europa a dos velocidades, puede convertirse en un arma de doble filo, en manos de los empresarios, contra los competidores del sur.

"Podríamos encontrarnos con un caso parecido al de los potitos españoles, cuya comercialización sigue estando bloqueada por las autoridades alemanas sin que éstas hayan presentado todavía formalmente ante la Comisión europea su denuncia de presencia de pesticidas en estos alimentos infantiles, basada en una ley específicamente de este país", explica Rafael Urrialde, experto de la Unión de Consumidores de España, una de las asociaciones que más ha batallado para denunciar la adulteración vacuna con clenbuterol por parte de ganaderos españoles.

Juan Maldonado, presidente de la Federación Nacional de Empresarios Carniceros y Charcuteros de España considera "muy extraño" que los ganaderos británicos hayan podido saltarse una legislación muy puntillosa que en la UE prohibe, no sólo la comercialización de la carne de las reses afectadas por la enfermedad, sino también de fetos o terneras procedentes de vacas locas.

Archivado En