Los ganadores del Premio Anagrama no quieren ser 'novelistas de culto'

Salir del estatus de novelistas de culto es, parece, el deseo de los ganadores del Premio Herralde de Novela, y con razón, porque el satisfecho Jorge Herralde, editor, que presentó ayer en Madrid las dos novelas ganadora y finalista de su premio, pone muchos ceros en sus cifras de venta. Novelistas de culto fue la caja mágica en la que se vieron obligados a entrar presentadores y sobre todo autores: Álvaro del Amo, finalista con El horror, y J. M. Riera de Leyva, ganador con Aves de paso, apadrinados, respectivamente, por Vicente Molina Foix y María Luisa Blanco Lle...

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Salir del estatus de novelistas de culto es, parece, el deseo de los ganadores del Premio Herralde de Novela, y con razón, porque el satisfecho Jorge Herralde, editor, que presentó ayer en Madrid las dos novelas ganadora y finalista de su premio, pone muchos ceros en sus cifras de venta. Novelistas de culto fue la caja mágica en la que se vieron obligados a entrar presentadores y sobre todo autores: Álvaro del Amo, finalista con El horror, y J. M. Riera de Leyva, ganador con Aves de paso, apadrinados, respectivamente, por Vicente Molina Foix y María Luisa Blanco Lledó. Los dos se defendieron del calificativo y afirmaron su voluntad de salir de esa secta, si es que existe. Riera de Leyva, afirmando su voluntad de profesionalizarse como escritor, y Álvaro del Amo, manifestando su sensación de casi imposibilidad: todas sus novelas, hasta las escritas con ánimo de ser obras de aventuras parecían, a su entender, producir igual desconcierto.

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