Artistas rusos se resisten a la intención de Yeltsin de devolver los iconos

El clero ortodoxo trata de recuperar los bienes confiscados en 1918

Los círculos artísticos e intelectuales moscovitas están alarmados ante la posibilidad de que algunas de las joyas de la cultura de Rusia que fueron confiscadas por el poder soviético tras la Revolución de 1917 dejen de ser un patrimonio nacional para volver a manos de sus antiguos dueños, que, con la Iglesia ortodoxa rusa a la cabeza, aspiran a recuperar sus antiguos bienes. El motivo de alarma entre los intelectuales han sido las declaraciones del presidente Borís Yeltsin, quien el 4 de noviembre expresó la intención de devolver a la Iglesia ortodoxa los iconos de la Virgen de Vladímir y la ...

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Los círculos artísticos e intelectuales moscovitas están alarmados ante la posibilidad de que algunas de las joyas de la cultura de Rusia que fueron confiscadas por el poder soviético tras la Revolución de 1917 dejen de ser un patrimonio nacional para volver a manos de sus antiguos dueños, que, con la Iglesia ortodoxa rusa a la cabeza, aspiran a recuperar sus antiguos bienes. El motivo de alarma entre los intelectuales han sido las declaraciones del presidente Borís Yeltsin, quien el 4 de noviembre expresó la intención de devolver a la Iglesia ortodoxa los iconos de la Virgen de Vladímir y la Trinidad, hoy en la galería Tretiakov de Moscú.

La Virgen de Vladímir llegó a Rusia desde Constantinopla en el siglo XII y la Trinidad fue pintada por el maestro Andréi Rublev en el siglo XV. Antes de ser confiscados por el Estado soviético, el primer icono estaba en la Catedral de la Asunción del Kremlin y el segundo, en el monasterio de la Trinidad de San Sergio.Las propiedades de la Iglesia Ortodoxa Rusa fueron nacionalizadas en enero de 1918 y la confiscación de los bienes eclesiásticos se extendió durante varios años y fue especialmente intensa durante la Guerra Civil que siguió a la Revolución, cuando los bolcheviques utilizaron la hambruna que asolaba al país como pretexto para incrementar la campaña antirreligiosa.

El 4 de noviembre, el presidente Yeltsin inauguró en la Plaza Roja de Moscú la reconstrucción, del templo de Kazán, que fue derribado en 1936. En presencia del patriarca de Rusia, Aleksi II, Yeltsin anunció que se había adoptado la decisión de devolver a la iglesia los dos iconos mencionados.

Siete horas

El 3 de octubre pasado, cuando la Iglesia Ortodoxa mediaba todavía entre el Sóviet Supremo y el Presidente Yeltsin, el icono de la Virgen de VIadímir abandonó la galería Tretiakov durante siete horas, justo las que precedieron la violenta prueba de fuerza final entre las dos ramas del poder enfrentadas. El icono fue prestado por disposición del Ministerio de Cultura para una misa solemne que se celebró en la catedral de Yelójovskaia. Cuando la Virgen de VIadímir volvió a la Tretiakov, los restauradores del museo detectaron algunas alteraciones en el estado de conservación de la obra, y así lo confirmó un consejo ampliado de restauradores, en el que se encontraban los principales especialistas del país, según fuentes de la galería.

El patriarca, dando por hecha la entrega de los iconos, ha dispuesto ya colocarlos en unas fundas herméticas en el interior de la catedral de la Asunción del Kremlin. Según el diario Megalópolis Express, la Iglesia Ortodoxa quiere pasar al Estado la factura por la compra de estas fundas, que deberán llevar incorporado un sistema de microclima y encargarse en el extranjero.

La Tretiakov, que fue informada de las intenciones de entregar los dos iconos a la Patriarquia antes de que Yeltsin se manifestara públicamente, ha enviado mensajes de protesta al presidente y al jefe de Gobierno, Victor Chernomirdin.

"Cualquier entrega de obras de arte de la cultura mundial y nacional creará un precedente jurídico, a resultas del cual comenzará un proceso de destrucción de las colecciones museísticas estatales, lo que en esencia es un acto de vandalismo", señala un comunicado de los funcionarios del centro reunidos en asamblea el 9 de noviembre.

"De momento no hay ningún documento oficial [para efectuar el traslado de los iconos], pero últimamente las palabras del presidente Yeltsin equivalen a decretos", manifestó Nadezhda Rozanova, jefa del Departamento de Arte Antiguo de la Tretiakov. La entrega de los iconos a la Iglesia Ortodoxa sería, según Rozanova, "el comienzo de la desnacionalización de las colecciones artísticas".

Según Rozanova, existen ya precedentes alarmantes como el traslado de un conjunto de iconos del museo municipal de la localidad de Serguei de Posad al vecino monasterio de la Trinidad de San Sergio. "En caso de traslado, la Iglesia no tiene obligaciones de permitir el acceso del público, restaurar o conservar las obras, que salen así del ámbito cultural", señaló Rozanova. La Tretiakov ha propuesto a la Iglesia Ortodoxa instalar los iconos en un templo que se encuentra en el interior de la misma galería; sin embargo, la Iglesia no ha reaccionado ante esta propuesta", afirmó. Las colecciones de ¡conos en los museos rusos existían antes del poder soviético, afirmó Rozánova.

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