Escasa asistencia a los actos del 20º aniversario del golpe chileno

El 20º aniversario del golpe de Estado en Chile se celebró con escasa participación popular, pero en medio de disturbios y enfrentamientos violentos entre manifestantes y la fuerza pública, que causaron por lo menos dos muertos y varios heridos, algunos de gravedad. Los incidentes se produjeron en Santiago, Valparaíso y Concepción, las tres ciudades más grandes del país.

El gobierno chileno había dejado claro que no deseaba celebraciones con motivo del 20 aniversario del golpe. Las autoridades habían advertido que estaban prohibidas las manifestaciones en las cercanías del palacio presi...

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El 20º aniversario del golpe de Estado en Chile se celebró con escasa participación popular, pero en medio de disturbios y enfrentamientos violentos entre manifestantes y la fuerza pública, que causaron por lo menos dos muertos y varios heridos, algunos de gravedad. Los incidentes se produjeron en Santiago, Valparaíso y Concepción, las tres ciudades más grandes del país.

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El gobierno chileno había dejado claro que no deseaba celebraciones con motivo del 20 aniversario del golpe. Las autoridades habían advertido que estaban prohibidas las manifestaciones en las cercanías del palacio presidencial de La Moneda. Ese lugar fue escenario clave del golpe hace 20 años. Allí se suicidó el presidente Salvador Allende, quien prefirió quitarse la vida a rendirse a los golpistas.El presidente democristiano Patricio Aylwin pasó el día en la residencia presidencial de verano en el balneario de Viña del Mar, situado en la costa del Pacífico a unos 120 kilómetros de Santiago. El candidato presidencial de la Concertación, el democristiano Eduardo Frei, había publicado una declaración contra la celebración, porque "el 11 de septiembre no es una ocasión de fiesta, ni de celebración. Debiera ser una fecha de recogimiento y meditación".

Los militares celebraron el aniversario de su intervención con misas en recintos de las diferentes armas, mientras que los partidarios del ex dictador y actual comandante en jefe del Ejército, Augusto Pinochet, le festejaron en los alrededores de su casa como autor de la liberación de Chile.

Los socialistas y los partidos de la izquierda extraparlamentaria deseaban evocar la figura de Allende, pero por separado. Los socialistas descubrieron una placa en la sede del partido con el nombre de los muertos durante la dictadura, con Allende a la cabeza. También celebraron un acto en un teatro y en La Moneda una misa a la que asistió Hortensia Bussi, la viuda de Allende.

El problema de orden público lo representaban los comunistas y los grupos de ultraizquierda, que habían amenazado con celebrar manifestaciones en torno a La Moneda, a pesar de la prohibición gubernativa. Hasta el mediodía todo transcurrió con tranquilidad. Los carabineros autorizaron el acceso hasta La Moneda de una comitiva de unas 200 personas, que depositaron coronas de flores en la antigua entrada de la calle Morandé 80, que hoy ha sido tapiada.

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Al frente de la comitiva marchaban familiares de un grupo de desaparecidos que 20 años atrás, habían sido capturados en La Moneda y llevados a un cuartel, sin que se haya sabido nunca nada más sobre su destino. Los manifestantes llevaban una bandera del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), organización guerrillera de ultraizquierda que entre 1970 y 1973 se mantuvo al margen de la Unidad Popular que formaba el gobierno de Allende.

Contra la amnistía

Los manifestantes corearon consignas revolucionarias: "¡Compañero Salvador Allende, presente!. ¿Quién lo mató?. El fascismo. ¿Quién lo vengará?. El pueblo. ¿Cómo?. Luchando y creando poder popular". Después gritaban: "No a la amnistía. No a la impunidad. La sangre de los muertos no se puede negociar".Tras cantar el himno nacional, los manifestantes se retiraron hasta la iglesia de San Ignacio, donde se celebraba una misa. Antes de concluir la misa, unos 2.000 simpatizantes de grupos de ultraizquierda, que esperaban fuera de la iglesia, partieron sin los del Partido Comunista hacia La Moneda. En el paseo de La Alameda unos se acercaron a derribar las vallas y comenzó el enfrentamiento con los carabineros. Empezaron las habituales carreras, gases lacrimógenos, pedradas contra los carabineros y respuesta a base de disparos con escopetas de perdigones. El resultado fue de un hombre de 66 años muerto, atropellado por un vehículo policial, varios heridos y detenidos.

Por diversos caminos los manifestantes llegaron al cementerio donde reposan los restos de Allende. Allí estaba previsto un acto, que fue interrumpido por la intervención de los carabineros.

Se repitieron las escenas del centro de la ciudad, con gases lacrimógenos, carreras y la muerte de un chico de 16 años, al parecer como consecuencia de una herida de bala.

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