La hija del pastor

"Yo no he visto una oveja en mi vida, he viste, calles, coches y asfalto. Me dan envidia mis hermanos: ellos sí conocieron el pueblo, los animales y la nieve". Trinidad Sevillano es la más pequeña de cinco hermanos, su padre era un pastor de Dévanos (Soria), pero pocos meses despúes de nacer la niña, hace 24 años, decidió vender el rebaño e irse a Zaragoza a trabajar como albañil.En el pasillo del pequeño piso zaragozano fue donde la bailarina comenzó a saltar y brincar hasta que su hermana mayor la cogió de la mano y se la llevó a la escuela de danza de María de Ávila. La niña tenía seis años...

"Yo no he visto una oveja en mi vida, he viste, calles, coches y asfalto. Me dan envidia mis hermanos: ellos sí conocieron el pueblo, los animales y la nieve". Trinidad Sevillano es la más pequeña de cinco hermanos, su padre era un pastor de Dévanos (Soria), pero pocos meses despúes de nacer la niña, hace 24 años, decidió vender el rebaño e irse a Zaragoza a trabajar como albañil.En el pasillo del pequeño piso zaragozano fue donde la bailarina comenzó a saltar y brincar hasta que su hermana mayor la cogió de la mano y se la llevó a la escuela de danza de María de Ávila. La niña tenía seis años, faltaban 10 para que una noche de gira con el Ballet Nacional de España la descubriera el director del London Festival Ballet y la convirtiera en su primera bailarina.

Giselle, la historia de la bella campesina enamorada, la convirtió en la primera española capaz de bordar esta pieza clave de la danza clásica. "Giselle es ella", dijo nada más verla Bruce Marks, director artístico del Boston Ballet, compañía de la que desde entonces es primera figura esta mujer que cuando se quita sus delicadas zapatillas de baile le gusta ponerse zapatos modernos, de suelas grandes y pesadas.