Personalidad vasca

Aunque suele identificarse casi con exclusividad la vanguardia vasca de las últimas décadas con la escultura -para lo que, por otra parte, existen poderosas razones, pues basta con recordar al respecto algunos nombres, desde Jorge Oteiza y Eduardo Chillida hasta los recientes Badiola o Irazu-, hacerlo a costa de ignorar la pintura es, además de injusto, un grave error.Esta pequeña colectiva, con obra de cuatro excelentes pintores guipuzcoanos -dos de los cuales formaron parte del histórico grupo GAUR: Rafael Ruiz Balerdi (San Sebastián, 1934-Alicante, 1991) y José Luis Zumeta (Usurbil, 1931- s...

Aunque suele identificarse casi con exclusividad la vanguardia vasca de las últimas décadas con la escultura -para lo que, por otra parte, existen poderosas razones, pues basta con recordar al respecto algunos nombres, desde Jorge Oteiza y Eduardo Chillida hasta los recientes Badiola o Irazu-, hacerlo a costa de ignorar la pintura es, además de injusto, un grave error.Esta pequeña colectiva, con obra de cuatro excelentes pintores guipuzcoanos -dos de los cuales formaron parte del histórico grupo GAUR: Rafael Ruiz Balerdi (San Sebastián, 1934-Alicante, 1991) y José Luis Zumeta (Usurbil, 1931- se basta por sí sola para demostrarlo.

La presencia de Vicente Ameztoy (San Sebastián, 1946) y de Juan Luis Goenaga (San Sebastián, 1950) sirve para avalar la continuidad generacional y, sobre todo, la excepcional personalidad, en relación con lo que ocurre en el resto del Estado, de esta pintura vasca, que ha ido siempre un poco a. su aire, pero sin caer en un regionalismo ramplón.En este sentido, bien se podría haber añadido a lo expuesto la obra de otros pintores, como, por ejemplo, Amable Arias, Sistiaga, Sanz, etcétera, sin cambio sustancial de lo que acabo de señalar y de lo que se puede ver en esta exposición abierta en Madrid, en la que la intensidad maniaca del grafismo, un cierto horror vacui y la turbulencia expresiva evidencian una fuerza atormentada, pero luminosa.