GUERRA EN LOS BALCANES

Rusia logra posponer las sanciones contra Serbia hasta después del referéndum

El referéndum ruso del 25 de abril le ha dado un respiro de 13 días a Serbia y Montenegro. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha renunciado a imponer, por el momento, nuevas sanciones económicas contra las repúblicas que forman la actual Yugoslavia. para no interferir en la marcha de la consulta nacional convocada en Rusia. Moscú ha conseguido imponer sus tesis a los otros miembros permanentes, entre ellos Estados Unidos.

Borís Yeltsin y sus asesores quieren llegar al referéndum del 25 de abril sin nuevos obstáculos. A, su juicio, la aprobación por parte del Consejo de Segur...

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El referéndum ruso del 25 de abril le ha dado un respiro de 13 días a Serbia y Montenegro. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha renunciado a imponer, por el momento, nuevas sanciones económicas contra las repúblicas que forman la actual Yugoslavia. para no interferir en la marcha de la consulta nacional convocada en Rusia. Moscú ha conseguido imponer sus tesis a los otros miembros permanentes, entre ellos Estados Unidos.

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Borís Yeltsin y sus asesores quieren llegar al referéndum del 25 de abril sin nuevos obstáculos. A, su juicio, la aprobación por parte del Consejo de Seguridad de la ONU de una resolución que endurece las sanciones contra Serbia y Montenegro es contraproducente, pues otorga, dicen, poderosos argumentos al sector nacionalcomunista que anida en el Parlamento. La sola amenaza de veto, esgrimida por Rusia en las consultas preliminares de este fin de semana, ha bastado para que otros países miembros permanentes, Estados Unidos, Francia y Reino Unido principalmente, se plegaran y pospusieran su presentación oficial al Consejo.La excusa del referéndum cubre, de alguna forma, las verdaderas posiciones de Rusia sobre el endurecimiento de las sanciones a Serbia y Montenegro, a las que, según algunos analistas, en el fondo se opone. En la última semana, Moscú ha multiplicado sus declaraciones en las que trata de llamar la atención de Occidente sobre un eventual cambio de actitud por parte de Slobodan Milosevic, presidente de Serbia, que aconsejaría, según Moscú, no precipitarse.

Los nacionalcomunistas rusos, que ven a los ex comunistas serbios como unos camaradas. en apuros, lograron este año tina declaración del Parlamento de Rusia en la que se condenaba la claudicación del Gobierno ante las intereses occidentales, lo que llegó a poner al titular de Exteriores, Andrei Kózirev, contra las cuerdas. Por ello, Kózirev endureció entonces su discurso advirtiendo de forma sorprendente a la OTAN de que no interfiriese en los asuntos de la antigua Yugoslavia.

El aplazamiento de la resolución que endurece el embargo, en términos muy similares al que existe sobre Irak, da un respiro a serbios y montenegrinos, que ahora disponen de 13 días para ahondar en la vía diplomática. EE UU ha explicado con claridad la condición previa: que los serbios de Bosnia Firmen el plan de paz elaborado por los mediadores internacionales Cyrus Vance y David Owen.

Uso de la fuerza

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El rechazo, el 3 de abril en Bileca, de. este plan de paz por parte del autodenominado Parlamento serbio de Bosnia ha reforzado en Occidente a los partidarios de la intervención militar en Bosnia-Herzegovina. El propio presidente norteamericano,, Bill Clinton, se ha visto obligado a suavizar las recomendaciones de un equipo de 26 expertos estadounidenses que propugnaban el uso de la fuerza para salvar la vida de los civiles musulmanes. Según este informe, divulgado por el diario The New York Times, la principal causa de muerte entre la población no es el hambre, ni el frío, sino los bombardeos serbios contra las poblaciones. Y la única forma de detener estos ataques, dicen los expertos, es mediante el uso de la fuerza.

Las recomendaciones del informe son altamente comprometedoras para la Administración Clinton ya que, de ponerse en práctica, obligarían al despliegue de tropas en tierra y al uso de la aviación norteamericana para frenar los ataques serbios, además de reorientar por completo las medidas humanitarias llevadas a cabo hasta ahora por la comunidad internacional.

Entretanto, el emisario especial estadounidense para la ex-Yugoslavia, Reginald Bartholomew, llegó ayer a Sarajevo para entrevistarse con el presidente bosnio, Alia Izetbegovic.

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