Una veintena de intelectuales participan en El Escorial en un curso sobre Marañón y su tiempo

El académico Pedro Laín Entralgo dijo ayer que "Gregorio Marañón fue un artista de su propia vida". Laín hizo esta afirmación durante la lectura de la ponencia inaugural de un curso que sobre Marañón y su tiempo organiza la Fundación Gregorio Marañón, dentro de los cursos de verano que la Universidad Complutense celebra en San Lorenzo de El Escorial (Madrid).En el ciclo de conferencias participarán a lo largo de esta semana, entre otros, Francisco Pérez Gutiérrez, Antonio Largo Carvallo, Carlos Seco Serrano, Miguel Ortega Spottorno, José Luis Pinillos, Antonio Fernández de Molina, Diego...

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El académico Pedro Laín Entralgo dijo ayer que "Gregorio Marañón fue un artista de su propia vida". Laín hizo esta afirmación durante la lectura de la ponencia inaugural de un curso que sobre Marañón y su tiempo organiza la Fundación Gregorio Marañón, dentro de los cursos de verano que la Universidad Complutense celebra en San Lorenzo de El Escorial (Madrid).En el ciclo de conferencias participarán a lo largo de esta semana, entre otros, Francisco Pérez Gutiérrez, Antonio Largo Carvallo, Carlos Seco Serrano, Miguel Ortega Spottorno, José Luis Pinillos, Antonio Fernández de Molina, Diego García Guillén y José Botella Llusiá.

En la ponencia titulada Marañón, hombre del siglo XX, Pedro Laín Entralgo, que preside la fundación, afirmó: "En la corriente de este tiempo [siglo XX] se formó el carácter de Maraflóri y por elaboración de su propia vida llegó a ser lo que creo que muy pocos españoles han sido: artista de su propia vida".

Sensible a la historia

Gregorio Marañón (1887-1960) vivió, según el presidente de la Fundación Marañón, dos modos de patriotismo. Uno fue "el lugar" y el otro "el tiempo". Marañón se caracteriza por el amor al lugar en donde nació y por el tiempo que le tocó vivir. Sobre todo, del tiempo "porque la patria puede escogerse, pero el tiempo no", añadió. Fue una persona "sensible a la historia y a la ética".Laín Entralgo dibujó en su ponencia la historia del mundo en el que tuvieron marco la vida y la obra de "ese genial español", que José Ortega y Gasset, contemporáneo suyo, definió como "nada moderno y muy siglo XX". Marañón creía en la solución pacífica y liberal de las ideologías de los hombres y en la comprensión de dichas ideologías. Esto era posible en esta época (1890-1914) y se refleja en la relación que mantuvieron Benito Pérez Galdós y Marcelino Menéndez y Pelayo, de ideologías muy diferentes y que Marañón llegó a conocer, señaló Laín.

Por otra parte, el académico Julián Marías, que habló de Marañón y la historia, recalcó que Gregorio Marañón fue "un hombre generoso de todo y sobre todo de su tiempo" y que "tuvo una posición cuerda por España". También destacó que tenía un gran sentido de la observación.

"Muchos libros de don Gregorio me han hecho pensar que el gran médico era también un místico", dijo Fernando Chueca Goitia, en un coloquio que se celebró posteriormente sobre Marañón y la historia. Chueca puso de relieve los lazos que le unen al ilustre médico."En Toledo le esperaba el destino, y se cumplió". El culpable de "ese chispazo que iba a llevar a don Gregorio al flechazo toledado", fue Benito Pérez Galdós. Marañón asistía con su padre a unas tertulias que se celebraban en Santander las cuales contaban con la presencia del autor de Los episodios nacionales.

Luis Suárez Fernández indicó que la aportación de Marañón, como historiador, era hoy "más importante que nunca".

Sobre Antonio Pérez, ensayo de Marañón, trató el discurso del académico de la historia, Gonzalo Anes. En esta obra, que Marañón estudió en París, mientras se encontraba en el exilio, desde 1943, se refleja "el exilio político de los españoles".

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