Sucesión de conflictos

El Ministerio de Cultura lleva tratando de reestructurar la Orquesta Nacional, sin culminar esta pretensión, desde hace años. En noviembre de 1990, Cultura anunció su intención de una doble revisión del reglamento de 1982: la flexibilización de la estricta estructura funcionarial de la orquesta, y la reforma en lo referente a la entrada de extranjeros en ella -un 10% como máximo-, ya que esto se contradice con la normativa comunitaria.La ONE pasa ahora por un periodo de "calma aparente", en expresión de los músicos, desde la llegada como director técnico del compositor Tomás Marco, en julio de...

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El Ministerio de Cultura lleva tratando de reestructurar la Orquesta Nacional, sin culminar esta pretensión, desde hace años. En noviembre de 1990, Cultura anunció su intención de una doble revisión del reglamento de 1982: la flexibilización de la estricta estructura funcionarial de la orquesta, y la reforma en lo referente a la entrada de extranjeros en ella -un 10% como máximo-, ya que esto se contradice con la normativa comunitaria.La ONE pasa ahora por un periodo de "calma aparente", en expresión de los músicos, desde la llegada como director técnico del compositor Tomás Marco, en julio de 1990, y la posterior elección, en noviembre de ese año, de Aldo Ceccato como director titular. Con anterioridad se habían sucedido una serie de aparatosos conflictos que incluyeron la dimisión de Jesús López Cobos y el rechazo mayoritario por parte de los músicos, en noviembre de 1989, del compositor Cristóbal Halffter como director artístico. Todo esto llevó a hablar de la "ingobernable Orquesta Nacional", a lo que respondieron los músicos diciendo que "la ONE no es ingobernable, sino que ha estado mal gobernada".

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Ayer, los portavoces de la agrupación se mostraron totalmente dispuestos a negociar con Cultura, diciendo que les gustaría "que el ministerio se sentase a hablar de la modificación del reglamento y del cupo del 10%".

Admiten que tiene mala prensa la expresión "orquesta de funcionarios", pero que igualmente desagradable sería decir "orquesta de contratados laborales".

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