Siete cuadernillos a plumilla
P. S. Los siete cuadernillos escritos por Cosslo durante sus estudios en el colegio San Clemente de Bolonia. en torno a 1880, formaban parte de los archivos de la Institución Libre de Enseñanza que fueron a parar a Mexico, tras la guerra, y parte de los cuales nunca fueron recuperados. La Institución Libre de Enseñanza se encontraba en la calle de Martínez Campos de Madrid. La parte más importante de sus archivos fue a parar al Ateneo de Madrid y a la Academia de Historia.
Los cuadernillos fueron llevados a España por el general republicano Emilio Fernández, que se los cedió por amistad...
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P. S. Los siete cuadernillos escritos por Cosslo durante sus estudios en el colegio San Clemente de Bolonia. en torno a 1880, formaban parte de los archivos de la Institución Libre de Enseñanza que fueron a parar a Mexico, tras la guerra, y parte de los cuales nunca fueron recuperados. La Institución Libre de Enseñanza se encontraba en la calle de Martínez Campos de Madrid. La parte más importante de sus archivos fue a parar al Ateneo de Madrid y a la Academia de Historia.
Los cuadernillos fueron llevados a España por el general republicano Emilio Fernández, que se los cedió por amistad a Esteban Rodríguez Arrieta, según dijo éste, archivero del museo Postal.
Fiel reflejo de la mentalidad de un joven de la época, y particularmente de un futuro ideólogo de la Institución Libre de Enseñanza, los cuadernillos, de igual formato de bolsillo, tienen cubiertas dístintas, de un tono anticuado, y las páginas están rayadas. La caligrafía de Cossío, salvo excepciones, es elegante y comprensible, claramente escrita con plumilla, y su ortografia, la de la época.
La puntuación extraña a veces. En alguna ocasión la escritura es temblorosa, como si hubiese escrito en movímiento, quizá a bordo de una carroza.
Al comienzo, la redacción de los cuadernillos es sistemática. Luego, no tanto. El 29 Febbraio por ejemplo, -hay anotaciones y hasta páginas enteras en italiano-, anuncia que hasta el día 15 dedicará estos ratos de las mañanas a escribir y pensar en la memoria". Eso no siempre se cumple.
El estado de los cuadernillos no es el idóneo. Alguien se ha permitido numerarlos con bolígrafo sobre cubierta.