Mil madrileños aguardaron pacientemente en el Auditorio

Mijaíl Gorbachov se saltó anoche por dos veces el protocolo al romper el cordón de seguridad para aproximarse al millar de madrileños que le aguardaban en torno al Auditorio Nacional de Música de Madrid, donde se celebraba un concierto de los festivales de otoño.El matrimonio Gorbachov fue aclamado junto a los Reyes por el millar de personas que les aguardaban ayer tarde. Los invitados llegaron con 20 minutos de retraso al auditorio, donde esperaban el ministro de Cultura, Jorge Semprún, y el presidente madrileño, Joaquín Leguina.

Mientras la Reina, con traje de chaqueta rojo vivo, y Ra...

Mijaíl Gorbachov se saltó anoche por dos veces el protocolo al romper el cordón de seguridad para aproximarse al millar de madrileños que le aguardaban en torno al Auditorio Nacional de Música de Madrid, donde se celebraba un concierto de los festivales de otoño.El matrimonio Gorbachov fue aclamado junto a los Reyes por el millar de personas que les aguardaban ayer tarde. Los invitados llegaron con 20 minutos de retraso al auditorio, donde esperaban el ministro de Cultura, Jorge Semprún, y el presidente madrileño, Joaquín Leguina.

Mientras la Reina, con traje de chaqueta rojo vivo, y Raísa, con traje color fucsia, saludaban a Semprún y Leguina, Gorbachov y don Juan Carlos se acercaron al público, que les tributó una larga ovación. La expectación ante el acto era tal, que fuentes del Auditorio revelaron que, días antes, algunas personas llegaron a pedir en taquilla localidades "para el concierto que dirige Gorbachov".

Ambos jefes del Estado y sus esposas, recibidos en el interior del Auditorio por un público entusiasta, asistieron sólo a la primera parte del concierto, en el que la Orquesta Sinfónica de la URSS interpretó la 4ª Sinfonía de Chaikovski.

Al concierto asistieron, además, los ministros de Educación, Javier Solana, y de Sanidad, Julián García Vargas, así como el presidente del Banco Central, Alfonso Escámez, y el del Hispanoamericano, Claudio Boada.

Desde el Auditorio los Reyes y sus ilustres huéspedes se trasladaron al palacio de la Zarzuela, donde cenaron en privado, con asistencia del príncipe Felipe y las infantas Elena y Cristina.