A favor y en contra

El antropólogo Julio Caro Baroja dijo ayer a este periódico que la situación de Venecia es peligrosa y necesita refuerzos "para que esta isla flotante no se hundá". Agregó que Venecia es más representativa en cuestiones artísticas que muchas otras ciudades: "Claramente tiene más tradición que una ciudad germánica o norteamericana, como Hannover o Toronto. A Toronto se va a hacer negocios pero a Venecia se va por el arte. Por eso no puede desaparecer".Oriol Bohigas, representante de la escuela arquitectónica de Barcelona, señaló: "Estoy totalmente en contra de la candidatura de Venecia. Esa ciu...

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El antropólogo Julio Caro Baroja dijo ayer a este periódico que la situación de Venecia es peligrosa y necesita refuerzos "para que esta isla flotante no se hundá". Agregó que Venecia es más representativa en cuestiones artísticas que muchas otras ciudades: "Claramente tiene más tradición que una ciudad germánica o norteamericana, como Hannover o Toronto. A Toronto se va a hacer negocios pero a Venecia se va por el arte. Por eso no puede desaparecer".Oriol Bohigas, representante de la escuela arquitectónica de Barcelona, señaló: "Estoy totalmente en contra de la candidatura de Venecia. Esa ciudad no puede resistir un acontecimiento tan multitudinario como la Exposición. Ni siquiera resistió un recital de Pink Floyd. Venecia es una ciudad delicada y no se puede permitir su descalabro", dijo. "Aunque haya inversiones, para resolver el problema de Venecia no se puede empezar destrozándola."

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Ya puede desaparecer

Pere Gimferrer, poeta y académico de la Española, y gran conocedor de la ciudad, también expresó su desacuerdo con a candidatura de Venecia. "El mayor inconveniente es la supervivencia física de la ciudad. Las ventajas están descompensadas por el riesgo de deterioro del entorno natural y arquitectónico, dijo. Recordó que Venecia, aún sin la Expo, puede desaparecer dentro de algunas décadas. "Cada año, y cada vez con mayor frecuencia, las mareas de los canales suben de tamaño en otoño e inundan parte de la ciudad, lo que va minando los cimientos. Es allí donde está peligro de soportar la gran afluencia de público de una Exposición", concluyó.

El arquitecto Francisco Javier Sáenz de Oiza fue el único que se mostró de acuerdo con la candidatura. "Venecia es una ciudad tan hermosa que me parece perfecta para alojar la Expo del año 2000. No creo que una multitud afecte a una ciudad, aunque haya canales en vez de calles. Solamente hay que enfrentar el problema con tino para montar una gran exposición.

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