Acuerdo de 17 países ribereños para Sanear el Mediterráneo

El mar Mediterráneo deberá estar saneado antes del año 2025, según un acuerdo al que llegaron ayer en Nicosia representantes de: 17 países ribereños del Mare Nostrum durante una conferencia sobre la gestión y protección del medio ambiente en el Mediterráneo en la que se aprobó la llamada Carta de Nicosia.

Solidaridad financiera, intercambio de experiencias técnicas y limpieza urgente de la cuenca mediterránea, son los objetivos que coinciden en reclamar los participantes en esta conferencia, de dos días de duración, que ha sido patrocinada por la Comunidad Europea.

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El mar Mediterráneo deberá estar saneado antes del año 2025, según un acuerdo al que llegaron ayer en Nicosia representantes de: 17 países ribereños del Mare Nostrum durante una conferencia sobre la gestión y protección del medio ambiente en el Mediterráneo en la que se aprobó la llamada Carta de Nicosia.

Solidaridad financiera, intercambio de experiencias técnicas y limpieza urgente de la cuenca mediterránea, son los objetivos que coinciden en reclamar los participantes en esta conferencia, de dos días de duración, que ha sido patrocinada por la Comunidad Europea.

"Ningún desarrollo puede concebirse sin el respeto al medio ambiente, en especial en los terrenos del turismo y la pesca", manifestó el director general de la Comisión de Medio Ambiente de la CE, Laurens Jan Brinkhorst. El responsable recordó que este asunto que "hace 20 años parecía marginal, se ha convertido hoy en una prioridad". Brinkhorst insistió en que incluso el desarrollo económico depende del medio ambiente.

En apoyo de estas tesis acuden numerosos datos alarmantes de cara al futuro inmediato de la región. Destacan entre ellos, el problema de la, superpoblación y la sobreexplotación económica de los recursos naturales, que convierten esta cuenca mediterránea en una zona especialmente vulnerable para la destrucción.

Presión turística

Cifras facilitadas por la propia Comisión del Medio Ambiente hablan de que los 133 millones de personas que en la actualidad viven en los países ribereños, se convertirán en 230 antes del año 2025. A esta presión demográfica hay que añadir la turística: 100 millones de visitantes anuales acuden a esta región. El crecimiento de la población camina en paralelo con la modernización de la agricultura y la industria, que tiene sus consecuencias.

La alarma suena de nuevo cuando se habla de la contaminación de las zonas costeras y de los desechos industriales tóxicos y peligrosos. La falta de tratamiento de las aguas residuales, el agotamiento de las reservas de agua dulce y el vertido de 650.000 litros de petróleo al año, no ayuda precisamente al desarrollo de la fauna marina.

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