Grandes apostadores del arte

Tres galeristas históricos destacan la importancia de Arco en Europa

Tres galeristas históricos, Leo Castelli (Estados Unidos), Denise René (Francia) y Lucio Amelio (Italia), encuentran que Madrid se está convirtiendo en una de las principales capitales europeas del arte. Sin embargo, las coincidencias entre ellos no son muchas más. Castelli y Amelio discrepan en cuanto a si Europa está arrebatando a Estados Unidos el dominio del mercado del arte, mientras la francesa Denise René advierte del peligro que corren los artistas del Este al entrar en la vorágine de la comercialización. Son como jugadores empedernidos. Son los grandes apostadores del arte.

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Tres galeristas históricos, Leo Castelli (Estados Unidos), Denise René (Francia) y Lucio Amelio (Italia), encuentran que Madrid se está convirtiendo en una de las principales capitales europeas del arte. Sin embargo, las coincidencias entre ellos no son muchas más. Castelli y Amelio discrepan en cuanto a si Europa está arrebatando a Estados Unidos el dominio del mercado del arte, mientras la francesa Denise René advierte del peligro que corren los artistas del Este al entrar en la vorágine de la comercialización. Son como jugadores empedernidos. Son los grandes apostadores del arte.

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Denise René es una mujer menuda, pequeña, atenta, fiel. Acudió a la primera edición de Arco y desde entonces ha vuelto todos los años. "Juana Mordó me llamó para que participara en la primera edición de Arco y he seguido viniendo todos los años", dice. "Al principio me daba un poco de miedo meterme en esto, y debo decir que gracias a los esfuerzos de los primeros organizadores y a los riesgos que corrieron, Arco es lo que es hoy día. Hace seis años el público español no se acercaba a Arco como ahora. Pero este año puedo decir que la FIAC (Francia) y Arco son las dos ferias europeas de arte contemporáneo mejor presentadas".Desde que se inició como galerista en 1945 con una exposición de Vasarely, Denise René ha mantenido su lealtad a los artistas abstractos y continúa defendiéndolos y promocionándolos, ajena a los vaivenes de la moda. Los cambios; en el oficio del galerista en los últimos años, le dan mucho que pensar. "Cuando alguien tiene el deseo de dar a conocer a sus artistas, de pelear por ellos, de defender una tendencia o un movimiento, y ser animador de una galería de combate, no se puede ser diferente a lo que yo he sido", dice suavemente pero con convicción.

"En cuanto a la gente de mi generación hay muchos así, aunque existe una tendencia dentro de esta profesión que es más cerrada en cuanto a los artistas, no ve más que el comercio y quiere que todo vaya muy rápido".

"En Moscú, por ejemplo, el panorama es muy amenazador para los artistas soviéticos. Yo estuve ahí el año pasado y descubrí a un artista soviético que expuse posteriormente. Se trataba de un artista muy maduro en la calidad de su pintura, pero que al ser introducido en el mundo del arte occidental no podía hallarse cómodo. Es preciso que estos artistas que estamos introduciendo en la escena del arte sean defendidos en el plano intelectual, porque son muy modestos, muy abordables, tanto por las galerías como por los coleccionistas y esta dinámica puede quemarlos con rapidez, innecesariamente. Hay, una especie de avalancha hacia el Este y hacia el arte, que puede romper carreras profesionales desde el principio. Hay mucha gente que no llamaría yo galeristas sino comerciantes de arte que realizan un oficio paralelo".

Lucio Amelio, un napolitano alto que recuerda a Ugo Tognazzi, cumple 25 años como galerista este año. Su optimismo llega casi hasta la exaltación y no ve los inconvenientes ni peligros que su colega francesa. "Este año Madrid puede ser la mejor feria del mundo", afirma. "Yo por lo menos, ya casi he vendido todo el primer día. Los compradores de Arco son muy internacionales, hay muchísimos españoles también y podría vender mil pinturas de Miquel Barceló".

Europa sube

"Este año cumplo mi 25 aniversario como galerista", se apresura a recordar. "He hecho como 600 exposiciones de artistas de todo el mundo. Por eso he traído este: año a Arco una pequeña retrospectiva de mi trabajo de los años 70, como Kounellis, Beuys, Warhol, Paolini, Boetti; la transvanguardia como Paladino, Longobardi, y otros más jóvenes como Donald Baechler. Pero todos los días en Arco voy a cambiar la exposición"."La profesión del galerista ha cambiado maravillosamente para nosotros los europeos durante los últimos años, y menos maravillosa para Leo Castelli", dice. "Nosotros hemos ganado la partida. Yo siempre he dicho que Madrid puede ser un sitio muy importante para Europa, para la cultura del Mediterráneo. dije en una ocasión, y se ha demostrado que era verdad. Y eso no es tan cierto para Norteamérica, Estados Unidos está bajando como idea cultural. Europa sube".

"Tenemos grandes coleccionistas europeos. He vendido todas las obras que he traído de Baechler, y todas han sido compradas por europeos. El pintor es norteamericano, ¿por qué no?"

"Soy un gran partidario de Europa, acabo de abrir una galería en Berlín Oeste y casi me he olvidado de Estados Unidos. Tengo un apartamento en Nueva York que está siempre vacío. Soy un gran partidario de Europa".

Leo Castelli empezó tarde su oficio como galerista, aunque siempre estuvo relacionado con el arte y los artistas. Desde que unos pocos de ellos, los entonces jóvenes Jasper Johns, Raushenberg y Pollock lo convencieron en 1957, no ha dejado de dedicar su entusiamo a descubrir y lanzar artistas que luego se han convertido en figuras internacionales. Hoy, a los 83 años, no piensa en retirarse. "En mi época nadie compraba para especular. Pero los tiempos han cambiado mucho. De todas formas no estoy cansado, soy como un jugador empedernido y apostar por los artistas es como apostar en una carrera de caballos, solo que mucho más emocionante.

Este año acude a Arco por primera vez como galería. "Hay ahora en Madrid tanta actividad artística como en Francia o Nueva York. Es sorprendente", dice.

Dependencias

Las declaraciones de Lucio Amelio sobre el crecimiento del mercado europeo del arte despiertan en el galerista norteamericano una reacción de rechazo. "Afirmar que el mercado del arte en Europa está superando al norteamericano es ser un chovinista. Eso no es cierto. Lucio Amelio depende mucho de los artistas estadounidenses, y en cuanto al mercado es ridículo decir que se ha debilitado. Es el mercado del arte más fuerte del mundo. Si ve lo que sucede en las subastas y galerías de Nueva York lo puedes comprobar. Lucio es un gran amigo y ha hecho un trabajo fabuloso en Italia, es una de las pocas realmente buenas galerías de su país, pero ahí no hay más de cuatro o cinco como la suya. Tampoco hay en Italia ni siquiera un museo de arte contemporáneo, solo uno pequeño, nuevo, cercano a Florencia. De modo que, ¿cómo puede compararlo con Nueva York? En Madrid hay mucha mayor actividad que en Italia, muchas mejores exposlciones. Madrid es una de las capitales más fuertes del arte en Europa"."Tal vez muchos, como Lucio, piensen que se han liberado de la influencia de América. Hasta cierto punto es así, pero no en cuanto al mercado del arte".

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