ECOLOGÍA

Biólogos cántabros descubren algas japonesas dañinas en la bahía

Los biólogos del Instituto Español de Oceanografía Juan Manuel Salinas, Mariano Crespo y Roberto Gancedo, han detectado en la bahía de Santander los primeros ejemplares de un alga invasora oriunda de Japón, el sargassum muticum. Salinas ha declarado a este periódico que la especie no es venenosa ni dañina para el hombre, pero es capaz de producir grandes desequilibrios en los ecosistemas y elevar considerablemente los gastos de explotación de los recursos marinos.

Los mismos científicos registraron por primera vez el alga japonesa en la ría de Arosa (Pontevedra), de forma for...

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Los biólogos del Instituto Español de Oceanografía Juan Manuel Salinas, Mariano Crespo y Roberto Gancedo, han detectado en la bahía de Santander los primeros ejemplares de un alga invasora oriunda de Japón, el sargassum muticum. Salinas ha declarado a este periódico que la especie no es venenosa ni dañina para el hombre, pero es capaz de producir grandes desequilibrios en los ecosistemas y elevar considerablemente los gastos de explotación de los recursos marinos.

Los mismos científicos registraron por primera vez el alga japonesa en la ría de Arosa (Pontevedra), de forma fortuita, cuando en 1987 se dedicaban a otras tareas. El hallazgo ha tenido lugar en plena bahía de Santander con las algas adheridas a rocas cercanas a la isla de La Torre, frente a la popular playa de la Magdalena. Sin embargo, los bañistas nada tendrán que temer por su presencia.

En Europa estas algas, de considerable explosión demográfica, fueron detectadas en la isla de Wight (Gran Bretaña) hace 16 años. La campaña entablada por científicos británicos para su extinción no dio resultados, y poco tiempo después el sargassum muticum apatecía en la Bretaña francesa. Hacia el sur, la planta fue luego extendiéndose a un ritmo de 150 kilómetros al año, dada su enorme capacidad para la reproducción.

Los servicios de pesca de la diputación regional han sido ya advertidos por el instituto Oceanográfico de la localización del alga, cuyas ramas pueden llegar a medir 15 metros de longitud.

El sargazo japonés, dada su notable dinámica de progresión, puede perturbar la navegación y hasta inmovilizar como, recientemente ocurrió en Galicia, un puerto de embarcaciones deportivas.

Sin embargo, su presencia no es totalmente negativa y no faltan quienes atribuyen la considerable semilla de vieiras registrada últimamente en la ría gallega de Arosa a la presencia de dicha alga.

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