Occidente promete ayuda a los países del Este que realicen su reforma política

La conferencia interministerial de los 24 países occidentales que participan en la operación Faro de ayuda a Polonia y Hungría confirmó ayer en Bruselas "el fuerte apoyo en términos políticos y económicos al camino emprendido por los países del Este hacia una democracia pluralista, un imperio del derecho y una economía orientada hacia el mercado". Las ayudas a la RDA, Checoslovaquia, Bulgaria y Checoslovaquia se producirán "en el momento en que pongan en marcha las necesarias reformas económicas y políticas".

Esta propuesta, obra del ministro alemán Hans-Dietrich Genscher, fue apoyada p...

La conferencia interministerial de los 24 países occidentales que participan en la operación Faro de ayuda a Polonia y Hungría confirmó ayer en Bruselas "el fuerte apoyo en términos políticos y económicos al camino emprendido por los países del Este hacia una democracia pluralista, un imperio del derecho y una economía orientada hacia el mercado". Las ayudas a la RDA, Checoslovaquia, Bulgaria y Checoslovaquia se producirán "en el momento en que pongan en marcha las necesarias reformas económicas y políticas".

Esta propuesta, obra del ministro alemán Hans-Dietrich Genscher, fue apoyada por el secretario de Estado norteamericano, James Baker.La mención a la Unión Soviética se limita a subrayar "la importancia del proceso de reformas", a pesar de que en el borrador de comunicado final se había incluido inicialmente la necesidad de "intensificar la cooperación económica con la URSS". Las discusiones finales impusieron un tono de prudencia.

El único acuerdo en firme adoptado por los ministros de los 24 (los 12 países de la CE y los 6 de la EFTA, más Estados Unidos, Japón, Canadá, Nueva Zelanda, Australia y Turquía) fue la aprobación definitiva del fondo de compensación para sostener la moneda de Polonia.

Este fondo es un proyecto de la Comunidad en el que las participaciones más importantes corresponden a la RFA (250 millones de dólares), Estados Unidos (200 millones) y Japón (150 millones). El Reino Unido, Francia e Italia contribuirán con 100 millones de dolares cada uno. España aportará 14 millones, "un porcentaje equivalente a la cuota del 1,4% que tenemos en el FMI", según el ministro Francisco Fernández Ordóñez. El resto se reparte entre Suiza (30 millones de dólares), Canadá (25 millones), Austria (20 millones), Portugal (5 millones) y Turquía (0,65 millones). De este total, una tercera parte serán entregas a fondo perdido, y el grueso, créditos.

Las otras propuestas de la CE encontraron ecos favorables, pero pocos compromisos concretos. El proyecto de un Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo aprobado en la pasada cumbre de Estrasburgo sólo despertó el interés de "casi todos los países de la EFTA y también el de Japón", según un ministro. Estados Unidos, por boca de Baker, dejó muy claro que va a actuar con fondos propios, aunque está dispuesto a coordinar sus acciones. El ambiente es favorable en lo que se refiere a la fundación para la formación de cuadros y a la participación de estudiantes del Este en programas educativos occidentales. Y el crédito de 1.000 millones de dólares a Hungría para el ajuste estructural de su economía sigue pendiente de un acuerdo previo con el Fondo Monetario Internacional.

El vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Andriessen, destacó los progresos alcanzados para poner en marcha acciones futuras, dirigidas especialmente a "mejorar el acceso de los productos húngaros y polacos a los mercados, la promoción de inversiones extranjeras, la producción agrícola, la formación de cuadros y la protección del medio ambiente".

Pero, en términos generales, la Conferencia Interministerial, la primera que se celebra desde que la reunión de los siete grandes lanzara en julio en París la idea de ayudar al Este, no pudo llenar las expectativas que había despertado.