DESAPARECE UN MAESTRO DEL GÉNERO POLICIAL

Muere Simenon, creador de Maigret

El autor belga escribió 500 libros, de los que se han vendido 500 millones de ejemplares

Georges Simenon, el escritor que lo logró todo en vida, no pudo por unas horas, conseguir que se cumpliera su última voluntad. Fallecido el lunes al alba en su casa de las afueras de Lausana, Simenon, que tenía 86 años, había pedido a sus familiares que la noticia de su muerte no se publicara hasta que su cuerpo fuera incinerado. Pero un diario suizo y otro belga se adelantaron y desvelaron ayer la muerte de Simenon, cuyo cadáver fue convertido poco después en cenizas, sin ceremonia, en una capilla situada apenas a 200 metros de su casa.

La filtración de la noticia fue la última prueba ...

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Georges Simenon, el escritor que lo logró todo en vida, no pudo por unas horas, conseguir que se cumpliera su última voluntad. Fallecido el lunes al alba en su casa de las afueras de Lausana, Simenon, que tenía 86 años, había pedido a sus familiares que la noticia de su muerte no se publicara hasta que su cuerpo fuera incinerado. Pero un diario suizo y otro belga se adelantaron y desvelaron ayer la muerte de Simenon, cuyo cadáver fue convertido poco después en cenizas, sin ceremonia, en una capilla situada apenas a 200 metros de su casa.

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La filtración de la noticia fue la última prueba del enorme éxito y de la expectación que despertaba este escritor superlativo. Las cenizas de Simenon reposan ahora en el recinto de su chalé, en una zona residencial de Lausana (Suiza), muy cerca de la sede del Comité Olímpico Internacional. Los restos del escritor se hallan ahora junto a los su hija Marie-Jo, que se suicidó hace 11 años, y le sumió en una profunda amargura. El impacto que le produjo la muerte de su hija se refleja crudamente en su autobiografía Memorias íntimas.En Simenon todo era desmesura, desde la fecundidad de su obra hasta la intensidad de su vida. Era, sí no el que más, uno de los escritores más prolíficos, uno de los más traducidos, uno de los más adaptados al cine y a la televisión, pero también uno de los más ricos, uno de los más viajeros o uno de los mayores amantes. Una biografía suya publicada en América lo presentó como "el hombre que ha hecho el amor con 10.000 mujeres y ha escrito 500 libros".

A diferecia de otros creadores que sólo alcanzan la gloria póstuma, Simenon conoció en vida un éxito espectacular. Publicó cerca de 500 obras, traducidas a 55 idiomas -desde el cingalés al afrikaner o al yidish- en 39 países; sus novelas -especialmente la serie del comisario Maigret- sirvieron de argumento para 50 películas y para 200 guiones, de televisión; a su obra se le dedicaron unas 40 tesis universitarias; lo que se ha escrito en la Prensa sobre él ocupa un armario entero en los archivos de sus editores franceses, y una calle y un edificio de Lieja, su ciudad natal, llevan su nombre.

Se estima que este "nuevo Balzac", como lo definió André Gide, ha vendido en todo el mundo, desde 1923, 500 millones de ejemplares de sus obras. Jean Richard, uno de los actores que encarnaron a Maigret, durante 23 años, en la televisión, retomó ayer la idea de Gide al declarar que Simenon "era el nuevo Balzac, el más grande autor popular francés, sin comparación". "Sólo lamento", prosiguió, "que la palabra simenonien no esté en el diccionario francés".

"Sin profesión"

Sin embargo, Simenon sólo reconocía la abundancia como la única cualidad que lo podía equiparar a Balzac, y vivía los últimos, años en su casa en las cercanías de Lausana como un simple jubilado, ajeno a las pompas y a las vanidades. Como explicó hace siete meses el escritor Patrick Modiano, con ocasión del 86 cumpleaños del padre del inspector Maigret, el pasaporte de Simenon incluía últimamente la referencia "sin profesión", después de haber contenido la de "novelista".

En 1972 había decidido dejar de escribir y vender la fabulosa mansión de 48 habitaciones que poseía en Epalinges (Suiza) para mudarse a una casa mucho más modesta en Lausana, en la que ha vivido junto a su última compañera, Teresa. Pese a ello, aún se dedicó desde entonces a sus dictados al magnetófono (recogidos en 21 volúmenes) y a sus confesiones, entre las que destaca su última obra, Memorias íntimas, publicada en 1981 y en la que refleja toda la impresión que le produjo el suicidio, en 1978, de su hija Mari-Jo. Estas Memorias íntimas, consideradas como una parte esencial de la obra del escritor belga, publicadas hace ocho años en Francia, no aparecerán en España hasta el próximo mes de diciembre.

La tranquilidad de los últimos 17 años de la vida del escritor contrasta con el frenético ritmo de una vida que se inició el 13 de febrero de 1903 en Lieja, aunque su madre, supersticiosa, lo inscribió como nacido el día 12. Hijo de un empleado de seguros y de una vendedora de grandes almacenes, Simenon vivió hasta los 19 años en su ciudad natal, donde ejerció el periodismo en La Gazette de Liège y escribió su primera novela, Le pont des Arches. A los 22 años viajó a París, y en esta ciudad trabajó de mozo o de secretario de un aristócrata, mientras escribía cuentos en una miserable habitación de hotel. Después se lanzó con éxito a la novela popular, género del que escribió 200 títulos en nueve años utilizando 17 seudónimos.

El comisario Maigret, un personaje de ficción que se ha encarnado en una estatua en Holanda, en un sello de la República de San Marino o en un café de Lieja, nació en 1929 en Pietr-le-Letton, e inició una carrera triunfal de medio siglo que terminó en 1972, cuando Simenon escribió la última de las 80 aventuras de su héroe más célebre. A la vez, Simenon se casó dos veces, escribió una cuarentena de novelas "duras", viajó por todo el mundo, desde la India a Tahití, enviando reportajes al periódico Paris-Soir -en uno no publicado- anunciaba un golpe de Estado nazi dos días antes del incendio del Reichstag-, redactó una extensa autobiografía y vivió 10 años en Estados Unidos, antes de volver a Francia, en 1955, e instalarse definitivamente en Suiza en 1963.

El secreto del comisario

La atmósfera de sus novelas, el sentido del suspense y la mirada sobre el mundo de Maigret estaban ayer en todas las voces. "Su secreto de Maigret es haber aceptado muchas cosas, y en primer lugar a sí mismo", escribió Bernard de Fallois en su ensayo titulado Simenon. "Nunca me he interesado en mí mismo", había afirmado Simenon, "aunque, en realidad, nunca me he interesado en otra cosa. Incluso a las mujeres que he conocido, sólo les he preguntado una cosa: ¿quién soy?".

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